lunes, 10 de marzo de 2025

La erosión de la esfinge

 

La cosa empieza, o quizás más bien termina, con esta imagen:

 


Pero antes de señalar donde hay que mirar recapitulemos un poco. Ya hace muchos años que Robert M Schoch planteaba que la erosión observada en la esfinge no correspondía con la datación de la egiptología. Señalaba sobre todo profundas líneas verticales, que serían características de la erosión fluvial, en el recinto en que se halla encajonada la esfinge, esa suerte de “piscina”.

Siendo la observación muy válida, y aún compartiendo las impresiones sobre esa mayor antigüedad, siempre me pareció que podría haber otras explicaciones. Ha sido en tiempos más recientes cuando se han empezado a contemplar posibles canalizaciones del Nilo, hay incluso un trabajo que sostiene que la gran pirámide de Keops podría haber tenido la función de una bomba de ariete, y lo que parece claro es que el agua tuvo un papel fundamental en el complejo, que hoy queda tan asociado a los tonos sepia de las arenas.

Sin embargo, más allá de las paredes de la piscina, el propio cuerpo de la esfinge tiene unas marcas de erosión horizontales terribles. Estas se suelen explicar con la suma del viento y la arena, claro que, teniendo en cuenta que Napoleón se la encontró enterrada hasta el cuello, debieron ser vientos y arenas mucho más antiguos.

Y viendo la imagen, donde se ve una disparidad tan grande entre la erosión sufrida por los elementos de piedra calcárea y de granito, más allá del cuerpo de la esfinge y a pesar de la muy diferente dureza, se me ha antojado algo excesivo.

Sí, el granito es mucho más duro, más del doble en la escala de Mohs (3 contra 7 o 7,5), pero es que no es que presente menor grado de erosión, es que se diría que no presenta apenas ninguna mientras la calcita está realmente muy dañada.

Y el silicio de la arena, 7 en la escala de Mohs, en principio está en posición de arañar ambos. De hecho se piensa que se utilizaba arena para los cortes, pero eso ya es otra discusión, porque si no lo puede erosionar a ver cómo lo cortaban.

En base a un contexto adquirido tras el análisis otros elementos (no en vano la imagen proviene de este video: https://youtu.be/PS1azzN0b-I?si=bHUnRRCNNjM93iTG ) y a algunas experiencias en química casera, se me ha pasado por la cabeza la “absurda” idea de que tal vez no sea erosión. Al margen de la cuestión de las dataciones.

Si lo que vemos es una erosión tan selectiva, a lo que recuerda es al fenómeno de reducción-oxidación: redox- Y eso sí que se puede comer un material, en principio metales, hasta hacerlo desaparecer por completo. Y sucede de forma en realidad tan espontánea como la oxidación, es el fenómeno en en que se basaba la malograda pila de Bagdad que se perdió con la invasión Irak y el saqueo de su museo y que más tarde redescubriría Volta.

Muy resumidamente, un metal transfiere electrones a otro en función de sus respectivos “potenciales de reducción”, (dadas las diferentes características físico-químicas de ambos) a través de un medio llamado electrolito, proceso por el cual se genera corriente eléctrica. Eso es una pila, de las del mando a distancia todavía, sí.

Ahora bien, para que la reacción sea eficiente lo más normal es trabajar con metales puros. Y no se les concede a los egipcios mucha pericia en ese sentido. Lo que sí vamos a encontrar es calcita y granito por todas partes. Y si revisamos la composición de ambos minerales, vamos a encontrar entre otros, calcio y silicio, con muy diferentes potenciales de reducción.

Desde luego la reacción estaría lejos de lo que hoy consideramos eficiente, pero dado el tamaño de los electrodos, que habrían sido enormes bloques de piedra, el concepto cambia.

Luego está el tema del electrolito. Evidencia de que se trabajaba el oro abunda, raro sería que no conocieran el agua regia (ácido clorhídrico y nítrico) que es de sus pocos solventes.

Pero aún prescindiendo de ácidos fuertes, se puede producir ácido cítrico con la mera fermentación de naranjas y limones, por ejemplo. Y fermentar uva, desde luego sí sabían. De hecho la teoría sobre la pila de bagdad es que habría funcionado con jugo de uva como electrolito ya que se supone que no había cítricos por entonces en tales latitudes, o por lo menos no se dispone hasta la fecha evidencia de ello, que es muy distinto.

Sea como fuere lo que sí se les concede es el uso de cobre, mucho más eficiente conduciendo electricidad que cualquier mineral. Para justificar la falta de evidencia en el registro arqueológico hay que comprender el valor de los metales y no hay mejor de ejemplo de ello que las columnas de Balbeek, donde algunas han sido picadas para extraer los pernos internos que actuaban como conectores de diferentes tramos de columna.

Y vale la pena señalar un concepto físico: desde cierto punto de vista, todos los materiales son semiconductores y funcionan como diodos que responden a un voltaje de ruptura, no hay en realidad “aislantes”, del mismo modo que no existe el frío en sí mismo, si no que es como definimos la ausencia de calor.

En cualquier, volviendo al tema de las frutas y por lo tanto del electrolito, incluso el agua saturada en sal puede ser cumplir el cometido y el vinagre puede ser un ácido razonable. Luego, podría ser que lo que vemos en el torso de la esfinge y otras partes no sea la erosión natural del entorno sino calcita oxidada.

Y nos ayudaría a explicar algunas cosas, como el hecho de no haber hallado restos de hollín en túneles imposibles de iluminar con espejos, etcétera. De la llamada “lámpara de Dendera” o el omnipresente “pilar de Djed”, cuya estructura recuerda inevitablemente a las cámaras de descarga de la gran pirámide, ya hablaremos en otra ocasión.

No hay comentarios:

Publicar un comentario