lunes, 10 de marzo de 2025

El poder del lado oscuro

Ya hace unos cuantos años que Alcubierre imaginó cómo podría ser un “motor de curvatura” que pudiera doblegar el mismo tejido del espacio-tiempo para superar la aparente limitación de la velocidad de la luz, según la relatividad. Se le conoce como motor WARP y también creo que otros han publicado algunos papers sobre el tema.

El problema es que aparece una dificultad que se considera hoy insalvable: se requiere energía negativa. Y sin tener siquiera una buena definición en nuestro marco teórico de lo que la energía es, parece una aproximación complicada.

Sabemos cuantificarla, energía es por ejemplo la masa por la velocidad de la luz al cuadrado, según Einstein. Pero eso queda mu lejos en realidad de comprenderla y definirla para poder imaginar cual sería su opuesto.

Dicho así, como “energía oscura”, lo cierto es que según el modelo estándar debería haber a patadas en algún lugar. Es lo que sostiene la tesis de la expansión acelerada del universo. O en todo caso al revés, es esa expansión acelerada la que necesita que tres cuartas partes del total de la energía fueran esa suerte de “energía oscura”. Ese algo que presuntamente "tira" del universo generando su expansión.

Si bien no me encuentro entre los que apoyan esas ideas a pies juntillas, ya que me parece que hay dudas razonables sobre el efecto Doppler relativista y por lo tanto sobre la interpretación correcta del corrimiento al rojo que observó Hubble, como vengo comentando ya hace tiempo, tal vez no sea óbice para encontrar esa energía oscura.

Puede que no sea tan difícil pero podría requerir un cambio del paradigma fundamental del que el conocimiento actual parte. Y es que, tal vez, como en la ficción, hallamos estado engañados desde el principio y las cosas no sean exactamente como nos contaron.

Hay por su puesto enormes diferencias entre la ficción y la realidad. Aquí hablamos de energía y en la gran pantalla hablaban de fuerza. La definición podría ser bastante parecida, eso que nos circunda y empapa todo nuestro alrededor, que entra y sale de nosotros mismos. Eso que a la postre es movimiento, cinética, vibración, como lo son todas la fuerzas que la ciencia a identificado sin terminar de entender como se relacionan entre ellas.

Y es que, si acertamos a interpretar que algo se mueve, y lo percibimos como energía, lo que nos faltaría es comprender qué es lo que se mueve. Y aquí es donde cabría afirmar que la verdad se nos ha negado, porque no es ni mucho menos un planteamiento nuevo. Por lo dicho hasta aquí lo hemos oído hasta con la boca llena de palomitas.

Pero empecemos desde el plano más práctico para exponer la confusión. Sabemos que los peces viven en en agua. Bien. Incluso sabemos que nosotros vivimos en la atmósfera y que existe una presión atmosférica, resultado se suele decir, de la presión que ejerce la “imaginaria” columna de gases sobre nuestras cabezas. Así, a mayor altura, menor presión atmosférica. Perfecto.

Hasta aquí, sin entrar en los detalles, no se puede decir que la idea sea difícil. Sigamos pues comentado por ejemplo que, para determinadas funciones, (por ejemplo la preservación de alimentos) los gases de la atmósfera pueden resultar inapropiados. El envasado al vacío consiste en retirar los gases de un recipiente dado.

Es el camino opuesto al que hacen las cámaras hiperbáricas, que aumentan la presión. En un campana de vacío se va succionado el gas hasta que decimos que el contenido de ese recipiente, o esa campana en un entorno de laboratorio, queda vacía, con un nivel de vacío en función de la características del equipo. En términos ideales, a presión absoluta cero.

Y pontificamos al teorizar: no pude existir una presión absoluta menor a 0. ¿Por qué? Pues porque ese recipiente ya está vacío, y más vacío no puede estar, dicen. Y como hablamos de presión atmosférica, o sea, gas... Claro que, ese extremo es fácil de refutar. El recipiente “vacío” puede ser iluminado. Luego, alguna diferencia habrá en su contenido ya sea que lo atraviesa la luz, o no.

¿Está más vacío el recipiente si apagamos las luces? Aquí es cuando la charla se pone interesante, porque la teoría actual dicta que la interacción electromagnética que es la luz se desplaza por el vacío. Desde luego no se desplaza por un gas ya que ya lo habríamos retirado todo y la luz sigue transitando el interior del recipiente. (No así el calor o su transmisión, como se puede experimentar con diferentes grados de vacío en un radiómetro de Crookes).

De lo que no cabe ninguna duda es que no es lo mismo tener una bombilla apagada que encendida, por muy vacía de gases que esté en ambos casos. Pasa un poco parecido a la cuestión del vaso que siempre está lleno, del todo: parte con líquido, parte con gas. Solemos reparar sólo en el líquido, tal vez por la cosa de que es lo que vemos.

Pero es que si quitamos todo el líquido y todo el gas, el vaso sigue lleno. Y sigue lleno aunque apaguemos la luz: de oscuridad. Claro que, bajo nuestro punto de vista, esa oscuridad define una ausencia. Pero bien podría no ser así y tratarse del estado natural de un campo cuando no resulta excitado, situación de la que resultaría el fenómeno lumínico.

Por lo tanto, interactuamos con ese campo constantemente, más que con el agua y la atmósfera, es aquello más omnipresente que el propio aire que respiramos: el tejido mismo del espacio. Así que, bajo esta interpretación alternativa, lo que tenemos es un recipiente lleno de espacio, iluminado o no.

¿Podríamos vaciar aún más el recipiente, después de apagada la luz? Bien, aquí es donde empieza ese “lado oscuro”, más allá de la oscuridad, ese reverso tenebroso de la fuerza, esa energía negativa, esa energía oscura, esa energía del vacío.

En artículos anteriores se propuso que el magnetismo deforma el propio tejido del espacio, crea focos de atracción o repulsión, que es lo mismo que expandirlo o contraerlo, "bajo cierto punto de vista".

De hecho, según la relatividad, la luz sigue los caminos que traza la curvatura del espacio por el que transita, como resultado de la interacción gravitatoria. También se ha propuesto a la gravedad como resultado de una auto cancelación parcial que implicaría los campos magnéticos que desarrollan los átomos individuales así como su interacción con otros, como por ejemplo el de la tierra.

Así que, tal vez no podamos deshacernos del omnipresente espacio pero quizás sí podamos apartarlo de un punto determinado mediante esa curvatura. La relatividad parece que lo permite. Alcubierre venía a plantear un mecanismo donde la “nave” se hallaría tras un foco de atracción y por delante de un foco de repulsión, algo parecido, no conozco el detalle. Y la atracción sabemos que es resultado de la gravedad, energía, pero la repulsión, lo que fuera esa energía oscura o negativa, no está tan claro.

Ahora bien, si pensamos que toda nuestra experiencia se desarrolla en el medio que es el espacio y nunca fuera de éste, es razonable esperar una repulsión significativa si quisiéramos situarnos en él (¿O sería una atracción?). De hecho parece una contradicción en los términos que tal cosa fuera posible.

Y aún más, probablemente no fuera ni deseable. Sin embargo tal vez se pudiera crear una burbuja de espacio desconectada del resto por una capa de vacío que anulara las “fricciones” propias del desplazamiento: la necesidad de empuje para cambiar de posición.

En teoría el vacío no debería encontrar ninguna resistencia al desplazamiento: no hay contra qué ejercerla. Y naturalmente se debería garantizar una cantidad de espacio en el interior si es que queremos usarlo como medio de locomoción.

Volviendo al símil con la ficción, Yoda era, con perdón, un cobarde. Nadie dice que no tuviera buenas razones para ello. Pero no debería extrañarnos tanto habiéndolo encontrado oculto en un inhóspito pantano, decía: el miedo lleva al lado oscuro, pero nos mintió, como Obi Wan: el miedo es lo que lleva a evitar ese lado oscuro y a la negativa a explorar sus caminos, es una declaración de sus propias limitaciones. Y ya cada cual juzgará cuanto de razonables son, o no.

Qué duda cabe que todo implica peligros, pero no son nunca resultado del conocimiento si no de su aplicación, seguramente cuestionable. Y claro, si pudiéramos crear esas burbujas tal vez tendríamos ingenios que se desplazan como “desde otra dimensión”, que en vez de trazar giros aerodinámicos en una atmósfera, tal vez puedan maniobrar sin experimentar los rigores de la inercia, más que los propios del pequeño espacio en el interior de la burbuja de vacío propuesta.

Es posible que a alguien le suene la descripción anterior, en el Pentágono por ejemplo, cuando ven luces que no parecen comprender. Y esa es la energía negativa, si la positiva es campo y materia, que es una perturbación de ese campo, a la postre, la energía oscura se propone como la ausencia de ese campo.

Seguramente en fenómenos como la capilaridad, también relacionada con la tensión superficial y el efecto casimir podamos encontrar reflejados los principios de la propuesta energía.

Y como decía, sin estar especialmente adherido a la tesis de expansión acelerada, la propuesta actual tal vez no tenga vocación de explicar esa energía oscura del escenario planteado, pero sin duda lo aquí expuesto debería ser tenido en consideración.

Por otra parte, se presenta una aparente contradicción entre atracción y repulsión. Y es que al final son un mismo fenómeno mirado desde puntos de vista opuestos. Asumiendo que el medio electromagnético tendría características análogas al medio líquido o gaseoso, es de esperar una cierta presión con “voluntad” de “llenar” ese vacío. O más bien de expulsarlo hacia otra situación de menor energía potencial, aunque seguramente aún habrá que darle vueltas al asunto, ver qué relación tiene con las soluciones de agujero de gusano en la relatividad y como termina de encajar con todo, pero el principio quedaría establecido. Así que Alcubierre y el resto ya saben donde podrían encontrar su “energía negativa”.

Tal vez Vader al final tuviera razón y hemos, no sólo subestimado, si no ignorado el poder del reverso tenebroso de la fuerza: “No conoces el poder del lado oscuro”. Y bueno, en eso en concreto no se le puede llevar la contraria. Al final, paradójicamente, fue el único que dijo verdad.






No hay comentarios:

Publicar un comentario