jueves, 27 de julio de 2023

El karma y la tercera ley


El camino

Algunos sostienen el punto de vista de que los conflictos bélicos son un gran motor del progreso. Y lo cierto es que ingenios tan útiles y diversos como el radar, las latas de conservas, el pegamento instantáneo e incluso internet son a la postre inventos que provienen del ámbito militar. Pero lo cierto es que las guerras son una destrucción neta de recursos.

Una grave pérdida de un tiempo tal vez escaso. Además de las vidas, el sufrimiento y la honda huella que deja su paso. Y es por eso que interesa que el enemigo esté en guerra, sin duda con otro. Que desconozca los contornos del tablero y se vea acotado y abocado a reaccionar en la delimitada forma prevista. Tal es la lógica bélica, desde mucho antes que Sun Tzu recogiera sus principios calificándolos de arte. La lógica nunca ha cambiado.

Es un punto de vista, cualquier actividad puede ser llevada a cabo con maestría, pero al hablar de arte solemos inclinarnos a pensar en las bellas artes. No quiere decir que en todas partes sientan la misma inclinación. Desde nuestro punto de vista la falta de empatía entre iguales recibe la consideración de patología. En otros contextos puede ser tan sólo una debilidad. Ésa es la dura realidad.

Pero tal vez no debería ser tan dura, es en el reconocimiento de los otros como semejantes donde se halla la raíz de tan elemental instinto. Algo tan sencillo como no hacer al prójimo lo que no desees que te hagan y a la inversa. Una lógica también mucho más vieja que por la fuente que la conocemos. Sucede que, el contexto es un factor determinante. Y, bien sabido es por quienes lo han ostentado, que el poder es una soberbia influencia sobre nuestro punto de vista.
Hay muchos, como sobre cualquier cosa. Unos afirmarán con rotundidad que el poder se impone, y eso es lo que lo define. Otros, con más serenidad, tal vez observen que el verdadero poder no necesita imponerse.

El dicho de que “todos los caminos conducen a Roma” no es gratuito: es porque desde Roma han sido trazados. La razón se puede retorcer, tergiversar, manipular, eclipsar, confundir. Pero al final del día ahí sigue. Y ahí va a seguir siempre, por más que sus heraldos sigan el mismo camino que el resto. O siempre que quede alguien para contemplarla, dirían algunos.

Pero lo cierto es que, por diversos motivos, no todos se prestan a su contemplación. Al final es una cuestión de hedonismo. Y aunque no sepan hallar en la vida más que ciertos placeres, al final serán hallados. Sucede que en ese proceso se puede llegar a infligir mucho sufrimiento, y eso es algo que la mayoría conviene en evitar. Ni siquiera en eso estarían todas las partes de acuerdo, desde que existen tendencias sádicas y/o masoquistas en las diferentes personalidades, pero al final sólo es un camino más rebuscado para el placer.

Placer, cuya búsqueda bien se sabe que es la responsable de todos los males del hombre. Al final todo es un enorme malentendido que se resuelve: no hay error o acierto ni víctima o culpable. Las cosas suceden de la única manera en que pueden suceder: sólo existen consecuencias.

Y lo demás son puntos de vista sobre ellas, unos más bienintencionados que otros. La moral, la ética, cambian mucho según lugar y tiempo. Lo que permanecen son los hechos. La ley del Karma. Es la tercera ley de Newton. Es inapelable.

Una vez entendido, junto a otros principios básicos, una línea que no conviene traspasar se configura. Sucede que al otro lado de la línea existen algunas tentaciones, más aún para los que aún no han hallado el camino: la ventaja, el abuso, el egoísmo.
Porque en realidad todo se resume al problema del yo, o del colectivo menor respecto al colectivo mayor. Y que nadie se confunda, esto no es ninguna clase de democracia, es a todas luces una férrea dictadura. Pero justa. Al final no tomas más de lo que das ni das más de lo que tomas. Volvemos a la tercera ley.

Lo propio de la inmadurez, que se caracteriza por rasgos hedonistas, es tratar de tomar más de lo ofrecido. Similar a las adicciones. Pero al final todo organismo presenta un límite natural. Y lo que termina desarrollando es, además de una dependencia, una tolerancia.

El café que es la vida, tiene un punto amargo. Y ni todo el azúcar del mundo podría borrarlo. Lejos de eso, las situaciones son relativas, a nuestra situación inmediatamente previa, en primer lugar. Con lo cual los términos absolutos van a contar poco o nada de lo que nos interesa en la parte de la percepción. Pero sí van a crear grandes desequilibrios objetivos realmente indeseables. Para todas las partes, en realidad. Con el potencial de llevar al colapso al conjunto del sistema. Al organismo, si se quiere.

Antes de eso hay que aprender a dar y a tomar, las olas han de volver al mar, no pueden ir sólo hacia arriba. Y seguramente muchos por eso prefieren la mar calma. Recuerda esto: en el mejor momento de tu vida, en el clímax de tu existencia, desde ese punto: ya sólo queda ir hacia abajo. Y, a mayor altura, más dura puede ser la caída.  Es natural que los jóvenes no se dejen guiar por palabras ajenas y necesiten contrastarlas en la experiencia. Pero deberían comprobar pronto como indefectiblemente se cumplen.

Sucede que algunos, por diversos motivos, pueden necesitar más ayuda para verlo. Y, seguramente, no vean tales acciones como ayuda alguna, sino todo lo contrario.
El tiempo es quien tiene la última palabra. Y, cuanto más camino hayas andado en una dirección que no es la correcta, mayor será el camino que deberás hacer de vuelta. No porque nadie lo diga. Si no porque al final, no hay otro camino.

*****

Juegos de poder

La vida tiene la siguiente curiosa circunstancia: el guerrero aniquila al sabio. Y es así por una pura cuestión de supervivencia, no cabe la posibilidad de subvertir ese orden. La sabiduría es un lujo que el contexto no siempre permite. Se da entre sociedades y dentro de cada sociedad. Pero cuidado porque si hay la suficiente distancia no hay que olvidar que también la guerra se vale de la sabiduría, y al revés.

De hecho, el arma es el conocimiento. De ahí proviene la dureza del acero que se impone al bronce.
Y de ahí su valor, es natural que tales restos escaseen en los registros arqueológicos igual que no abunda el dinero en el suelo de la calle. Y sigue siendo más fácil encontrar el más común dinero que una pieza reciclable de última tecnología.

La combinación del abuso y el desinterés por el conocimiento que reúnen las tendencias hedonistas no pueden tener por lo tanto serio recorrido. Pero sin duda existen. Y como ya se ha dicho es la búsqueda del placer, egoísta, la fuente de todos los males.

Porque es el egoísmo, en realidad. La búsqueda de conocimiento por sí misma, de forma aislada, carece de valor. La medida del desarrollo de una sociedad es la de su ética antes que la de su tecnología. La teoría de juegos de Nash demuestra que hay un desvío, dos opciones excluyentes entre sí: o la solución óptima para el individuo y lo solución óptima para el conjunto.  No se pueden andar ambos a la vez. Y, más grave aún, el segundo camino requiere un acto de confianza, de fe se diría, que implica una exposición, una vulnerabilidad manifiesta que cualquiera de las partes podría tratar de utilizar en beneficio propio.

Es una prueba. Un filtro. Curiosamente existe una dinámica análoga en las relaciones de pareja. Al final es un fractal. Sucede que el jugador egoísta desconoce que no puede mejorar la situación propia más allá de los beneficios que se obtienen en conjunto.

Y mientras los jugadores no sean capaces de acordar dicha estrategia estarán en realidad estancados.
Creyendo sibilinamente que unos medran por encima de otros. Y es incuestionable que se obtiene mayor resultado de la suma de dos elementos que de su resta. En el fondo es tan sencillo como eso.

Es el aparente yo el que se inclina por el a la postre aparente beneficio. El todo, el colectivo, el conjunto, sabemos bien qué es porque constituye su propio contexto, por lo que no se puede aislar de éste, pero ¿qué es el yo sin un contexto?

Sucede con demasiada frecuencia que lo que pensamos que va a ser la mayor satisfacción de nuestros deseos, nuestro anhelo, se convierte en nuestro peor quebradero de cabeza. Cuidado con lo que deseas. En el deseo reside la debilidad. Y tras ésta habitualmente la ruina. Es casi cómico.
A veces la consecución de nuestros objetivos es el mayor de los fracasos: descubrir, tras el esfuerzo, que estaban errados.

Pero las personas, los países, no hallan aún las herramientas para enajenarse de tal ilusión. Y donde uno pone una piedra, otro la quita y no queda piedra sobre piedra. Todo por un poder que no es tal. El objetivo correcto apenas requiere ser designado, emerge. Mucho menos depende de quien lo formule. El poder no se toma, se reconoce. Pero eso requiere entendimiento. De uno mismo y de su contexto. Y el entendimiento requiere comunicación, intercambio de información. Y desde el punto de vista del yo resulta irreconciliable porque es un punto de vista, no el punto de vista.

Qué mejor manera de perjudicar a alguien que exacerbar su individualismo. El daño se lo hará él solo. Pensando por supuesto que busca lo mejor para sí mismo. En busca de la técnica por encima de la ética. Y no sólo se dañará él si no también a los que le rodean. En primer lugar, limitando las posibilidades del conjunto en lo que se conoce como equilibrio de Nash. Eso es: condenados a vivir bajo la sombra de la amenaza de la traición. No es vida. Pero eso a veces sólo se aprecia desde el otro lado.

Los aliados, no sólo no tienen reparos en darse la espalda: defienden la del uno con la del otro.
¿Y quién es el enemigo? Pues naturalmente a quien no se le puede dar la espalda.
Y es fácil envenenar la confianza si no está bien asentada. Pero la traición sólo se puede dar ante ese poder que se reconoce en lugar de tomarse. Por medio de quien se exprese es poco más que una coyuntura, una peculiaridad. Estaría otro y diría lo mismo.

Cuando la serie de principios aquí descritos se comprende con certeza científica, lo cierto es que no queda alternativa. Del mismo modo que sobre las leyes y principios fundamentales que rigen el cosmos. La única lucha en realidad es la de la ignorancia contra el conocimiento. Y de las muchas ignorancias entre ellas. No tiene nadie que venir a imponer la razón entre la longitud de un círculo y su circunferencia: ya está impuesta. Se puede reconocer mejor, peor, o nada en absoluto.

El problema por lo tanto es que el poder no está, como tal vez creemos que nos gustaría, en el yo. Es el yo quien tiene miedo y con el miedo nos envenenan. Pero al final la opción es clara, lo cierto es que aunque no se perciba, la vida bajo el yugo del miedo no merece la pena. No hay por lo tanto pérdida posible en el acto de fe exigido. La traición, la sumisión al yo, el egoísmo es tan sólo la peor torpeza posible. Y el que desparece de la existencia con tal motivo debería hacerlo con alivio sabiendo bien lo que deja. Nunca ha habido alternativa, las posibilidades son una ilusión de la ignorancia, el resultado de un conocimiento incompleto. Y de una intuición embotada. Siempre han sido sólo uno el pecado y la penitencia.

Sucede que una de las muchas cosas que ignora el yo es lo que nos es capaz de alcanzar. Y si la intuición no lo acompaña la cerrazón persiste. En realidad lo impensable y lo imposible está tan cerca como alzar la mirada. Aunque puede que de hecho algunos sigan viendo nada cuando están mirando al todo. Pero tarde o temprano, todo el mundo halla y es hallado. Nadie muere sin encontrar y nadie que encuentra muere.

Suelen preguntarse si existe vida después de la muerte. Por supuesto. La de todos los demás.
Suelen decir que la muerte forma parte de la vida. Por supuesto que no. Una empieza donde la otra termina. Pero la muerte nunca fue el problema. El dolor y el sufrimiento sí lo son.

Y siempre es por el yo: el otro y el uno. Eso que por separado no es nada. El karma es tan perverso como aquellos que lo rehuyen. Puede tardar tanto en llegar que pareciera que no va llegar nunca, pero llega y cobra su deuda. Y ni siquiera se molesta en deshacer la ignorancia de su presencia.
No hay avisos. Es uno mismo el que lo ha reclamado. Se recoge lo que se siembra y el tiempo de la cosecha se acerca. Y el que juzgue que me equivoco, que vea en la que considera la magnitud de mi error la del suyo.

Mientras los conspiradores urden sus estrategias, tirando de éste y aquel hilo, por otros hilos son movidos. Y es perverso tratar con perversión a los perversos. Pero no es el karma el que atiende a la ética, si no la ética la que atiende al karma. Y algún dios loco pareciera divertirse sancionando a varios como el único elegido y observando las disputas entre ellos para clarificar la cuestión.
Todos habla, gritan, pero a la razón no se la oye. Guarda silencio, paciente, hasta ser reconocida.

Tan fácil como soliviantar los ánimos de dos gigantes dormidos. ¿Cómo evitarlo, cuál es aquí el problema? Que no valga nada la palabra del que afirma “yo no he sido”.
Todas las estafas encuentran el punto de apoyo de su mecanismo en alguna debilidad del estafado: avaricia, egoísmo, algún beneficio espurio. Y es así como el que iba a engañar resulta engañado. Y el cazador es al final cazado. La mentira y el secreto no son al final ventaja alguna sino el talón de Aquiles.

Muchos piensa que aquellos que hablan de ética son pobres corderos desvalidos. Incautos, tal vez, que no saben en que mundo viven. En realidad es porque no conciben el defecto de su propia estrategia por el que serán fácilmente destruidos. Y mientras los gigantes pugnan, otros simplemente esperan. Y la razón y el karma esperan aún detrás de ellos en formas en que su imaginación no alcanza.

Pero estos principios no son exclusivos de las grandes estrategias de los grandes poderes. Y están muy bien medidos, desde lo más básico: el castigo de tirar papeles al suelo es que en el suelo haya papeles. Y nada de toda la complejidad emergente que se genera a través de las distintas interacciones empaña la elemental simplicidad del principio.

Y se intenta a través de mil subterfugios poner límites, separar las consecuencias de las conductas que las originan, al final siempre en vano. Y el problema es que el karma no avisa, si dijera “esto es por aquello”, no habría margen de duda. Pero en lugar de eso es más un “ya tendrías que saberlo”.

Un ejemplo un poco más complejo: el aire acondicionado enfría el aire de un recinto respecto al exterior generando más calor en el proceso. Es un efecto que se retroalimenta, el calor no va a desaparecer y todos tratamos de no ser el último de la fila, el que paga los platos rotos.

En términos individuales, es comprensible. Pero en realidad es un absurdo colectivo. Y hasta que la razón no venga a poner coto seguirá esa pintoresca huida hacia delante, sin otro rumbo posible que la catástrofe. Porque incluso los que se hayan refrigerados como en una nevera no comprenden que la calidad del aire no es la misma, el combustible de tales carreras hacia callejones sin salida siempre es la ignorancia y el egoísmo. En realidad son una sola cosa.

Y el mismo tipo de análisis se puede hacer de los conflictos del más alto nivel, los hombres y mujeres en realidad no cambian tanto desde que jugaban en el patio de un colegio. Lo único que sucede es que ellos y el contexto se hacen más grandes, más efectos se entrecruzan y se dificulta el trazado de sus causas pero los principios subyacentes siguen siendo eminentemente simples.

No es una deducción compleja. Lo que sí que requiere es honestidad. Pero uno piensa que tal vez pueda sacar alguna ventaja y él solo se pinta la diana del implacable karma. No hay más.
Bueno sí, hay un efecto colateral. Las penalidades no las sufre sólo el deudor, a veces ni siquiera las sufre en primera instancia y eso constituye la motivación principal. Pero todo llega. Y la clemencia está en la misma ignorancia, en no decirte por qué te la está cobrando. Algo perverso hay también en eso. Todo se paga con la misma moneda.

Si el tres en raya no es un juego, el ajedrez tampoco. La única diferencia es que su complejidad hace más difícil advertirlo. Y sí, la complejidad sin duda induce errores. Pero a partir de cierto nivel sólo hay un resultado posible: tablas. No es un juego, es una pérdida de tiempo.

Quien entiende por completo el tres en raya, deja de querer jugar al tres en raya.
Quien entiende por completo el ajedrez, deja de querer jugar al ajedrez.
Quien entiende por completo el karma, deja de querer salir ganando.
Quien entiende por completo donde el poder reside, entiende que no puede tomarlo.

La razón, es.

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martes, 18 de julio de 2023

La importancia de Crimea (cultura megalítica global)

En un artículo anterior ya se abordaban algunas tesis que se van a desarrollar aquí:

https://www.meneame.net/m/Los12monos/cultura-megalitica-global

En el momento de escribirlo ni siquiera tenía constancia de cierta evidencia que voy a exponer.


El aún presente conflicto de Ucrania ha sido abordado en muchos ejes desde muy diversas perspectivas: económico, territorial, cultural, en términos de recursos, en términos estratégicos, etc.


Son facetas de un conflicto poliédrico que conforman un todo, y antes de ser causas excluyentes las unas para con otras como motor del conflicto, se vienen a sumar.

A las ya mencionadas, como apunté en el texto anterior, vengo a añadir una prácticamente desconocida para el gran público.

No es imprescindible pero sí altamente recomendable la lectura del artículo enlazado al principio para establecer unas bases sin las cuales lo que se va a argumentar a continuación podría parecer un dislate o una salida de tono, aunque seguramente a algunos se lo seguirá pareciendo.


Con las precauciones debidas, incluidas al final del texto, añadiría la lectura de este otro:

http://opinionincorrecta.blogspot.com/2023/07/sombras-en-la-oscuridad-la-historia.html


Y sin más dilación, expongamos con más detalle una tesis que ya ha sido apuntada en ambos lugares. La voy a resumir en una frase, citada ya en similar forma y a continuación presentaré diversos argumentos:

Las potencias mundiales están en pugna por el conocimiento de la antigüedad.

A alguno le podrá parecer una broma, pero lo cierto es que el mundo es bastante más parecido al universo de Indiana Jones de lo que cualquier mente que se considera racional podría apreciar en una aproximación superficial.

Todos conocemos, en parte a través de la saga, el peculiar gusto por lo “oculto” del régimen nazi.

Y no importa en realidad que sea cierto o no, importa que aquellos en los puestos de decisión así lo crean. No quiero repetir argumentos ya vertidos en otros textos así que expondré la situación de Crimea en particular, que es a mi juicio la razón última del conflicto.


No sin antes hacer una apreciación que de alguna manera viene a conectar dos campos del conocimiento aparentemente muy distantes. Siguiendo con el cine y aprovechando el estreno de la película acerca de la figura de Oppenheimer, el responsable del proyecto Manhattan, cabe recordar su celebre frase al contemplar el producto de sus esfuerzos:


Me he convertido en la muerte: soy un destructor de mundos”


La anécdota es interesante porque según he podido saber, en realidad es una cita “extraída del libro sagrado hindú Bhagavad Gita, un poema en forma de diálogo entre el dios Krishna y su discípulo Arjuna, forma parte de la obra épica Mahabharata.”


No deja de tener cierto interés que un físico tenga en su haber ese tipo de lecturas, algo que tal vez pueda parecer un poco alejado de lo que cabría esperar o de lo que podamos imaginarnos: ese interés en un científico de primera línea responsable de avances tecnológicos críticos para la humanidad dedicando su tiempo a textos que recogen el saber antiguo y vinculados a la religión.

Voviendo a Ucrania, si uno ha seguido la evolución de la zona, tendrá noticia que tras lo que fue en realidad un golpe de estado “suave” en 2014, tras una fallida revolución naranja, finalmente se consigue un cambio de régimen, tan forzado que rompe el país.


La reacción rusa en primera instancia no es otra que asegurar militarmente Crimea y, aprovechando que la población de origen ruso allí constituye una amplia mayoría, organizar un referendum que excluya la región del giro de gobierno conseguido por el euromaidán en Kiev.


Vemos en un principio movimientos más agresivos de lo que cabría esperar por ambas partes. Y lo normal sería pensar que el conflicto iba a quedar ahí congelado. Después del "cierre" de la cuestión Siria(país sin duda con una gran historia y muy pujante en la antigüedad), sin que se consiguiera derrocar a Al-Assad, las miras vuelven hacia las latitudes más orientales que torpedearon la operación y desmantelaron el conocido como Estado Islámico.


No corresponde aquí un análisis profundo se los antecedentes, baste con mencionar que se enmarca dentro de la operación que en los medios se bautizó como “guerra contra el terror” a raíz de los acontecimientos del 11S.


Y si Rusia está dificultando la operación, habrá que debilitarla. Que mejor lugar para ello que retomar el conflicto pendiente. Los medios insistieron una y otra vez en lo que los analistas geopolíticos con la información disponible para el público no podían corroborar: que iba a haber una invasión en Ucrania, sin duda como resultado de algún tipo de filtración como aperitivo de la enorme campaña en medios que nos esperaba.


Hoy sabemos, por palabras de varios altos cargos que los acuerdos de Minsk tenían por objeto ganar tiempo para preparar el conflicto antes que buscar una solución para el país. Y sin duda hay muchas razones que se han abordado en distintos análisis para el conflicto, pero se hace extraño de la manera que se ha calentado en lugar de enfriarse. Hace falta añadir combustible para mantener vivo el fuego.


Así Rusia, tras una maniobra hacia Kiev más en la línea de estrategias que parecieran más propias del siglo pasado, al final lo que ha constituido es un corredor hacia Crimea. Por el camino se han volado puentes, gasoductos y un largo etcétera de despropósitos bastante más significativos de lo habitual.


Bajo una análisis geopolítico convencional se diría que la energía es la clave del asunto y que el interés de EEUU es mantener Eurasia separada. Pero sin menoscabo de ello y de todo lo demás, la importancia parece estar en Crimea. Que como peculiaridad, fue regalada a Ucrania por Kruschev mientras formaba parte de la URSS.


No es la primera tentativa fallida de extender el dominio occidental a tales latitudes, ya hubo una guerra de Crimea en el siglo XIX.

Por mi parte, conocía ya desde hace años la existencia del “rumor” de las llamadas pirámides de Crimea. Lo cierto es que no hay mucha información en la red, y de algunos temas paradójicamente cada vez menos. En resumen, varias estructuras enterradas en una determinada alineación, al principio eran siete en la costa, en una alineación noroeste sudeste, posteriormente el número parece ascender a 37, también en el interior formando una estructura romboidal.

 



Éste es uno de los pocos artículos en prensa, si no el único, que se puede hallar sobre el tema:

https://lahora.gt/opinion/wpcomvip/2015/11/10/las-formidables-piramides-de-crimea/


Curiosamente de un medio de Guatemala, país en la zona de la península del Yucatán que algunas pirámides tiene en su patrimonio.



Volviendo al caso ucraniano, al parecer las encontraron buscando fuentes de agua, siempre según lo que se puede encontrar por la red. La última vez que revisé el tema todavía existía una web de su descubridor, Vytaly Gokh al más puro estilo de los 90. Es muy recomendable aproximarse al tema con todas las reservas posibles, se dicen muchísimas cosas difíciles de encajar en nuestra concepción corriente del mundo. Pero intentemos ceñirnos a los hechos antes que a lo que se dice.


Toda esta información procede en principio de diversas webs interesadas en “misterios” y similares que recogen el mismo relato, al parecer se habría dado a conocer al público en 2002.

Y hasta aquí, se tiene en cuenta el dato, pero ante la imposibilidad de contrastarlo de forma más empírica, resulta difícil tomarlo en serio y menos como argumento de peso, casi definitivo, que es como se propone ahora.


Y de alguna manera la tesis de ese motivo adicional, principal y oculto para el conflicto ya había despegado en laguna parte, tal vez en algún video o podcast que aborda temas del estilo o simplemente se hicieran eco también y pueda tener otro origen, no recuerdo desde donde me llegó por primera vez.


Lo cierto es que no se me había ocurrido hacer más prospección desde otro ángulo y hoy por pura casualidad, o por la voluntad del algoritmo, me he topado con un video de uno de los túmulos de Kersch, en el extremo oriental de la península. Y claro, al ver la forma en la que está elaborada la estructura, con esa aproximación de hiladas que tanto recuerda al modo en que está construida la gran galería en la gran pirámide de Guiza, además de otros rasgos reconocibles para los que hemos pasado buenas horas leyendo piedras, se hace muy difícil no reconocer una confirmación.


Las siluetas de la imagen no corresponden a Mulder y Scully. Pero joder si podrían serlo :D

https://www.youtube.com/watch?v=bwW-jvlMW8Y

 



Gran galería, pirámide “de Keops”, a la izquierda.

Cámara en la pirámide “de Micerinos”, a la derecha.

 

El túmulo (Royal Kurgan) fue excavado en la primera mitad del siglo XIX, unos veinte años antes de la mencionada guerra de Crimea.

 

Al final es lo que me ha animado a desarrollar algo más una tesis ya apuntada y tratar de dotarla de mayor integridad que el mero rumor, acotando la cuestión desde el plano militar, estratégico y geopolítico en general.

Que lo que se juegue Rusia además de las cuestión de la población rusófona, no sea sólo la “salida a aguas calientes”, que es la idea con la que se trabaja comúnmente en el plano geopolítico tal vez aclare algo más las cosas.

Y también lo que podría parecer también una belicosidad excesiva por parte de occidente. Lo suficiente para que se haya creado una situación de conflicto que recuerda más al siglo pasado: están pasando cosas que hace 100 años que no pasaban, declararon desde China.


Pero el video no se queda ahí, muestra imágenes de cráneos alargados que ubica en el museo de Kersch. Una cuestión que, entre las muchas que se comentan en ciertos círculos, no ha pasado desapercibida y ha sido deslizada en reflexiones como ésta y otras anteriores, ver imagen al final:

https://www.meneame.net/m/Los12monos/piramide-invertida-1

Más que nada porque también existen ejemplos en Perú, que tal vez sea la muestra mejor conservado de la tesis de la cultura megalítica global propuesta.



Cráneos de Paracas, Perú.




Y no me quiero alargar mucho más, podría sin duda extenderme en los detalles, pero por ahora tampoco hay mucho más que añadir. En realidad sí, pero todo debe tener su momento.


Sólo apuntar que cuando las tesis se ven reforzadas por la evidencia, cualquier mente racional debería verse obligada a considerarlas con seriedad, por más surrealistas que puedan parecer en un principio.


Y respondiendo una vez más a un artículo que pretendió refutar la tesis expuesta en el primero que he enlazado, que llevaba por título “Pirámides, aliens y pseudohistoria”, aquí en realidad se está hablando de un túmulo, de cráneos cuya procedencia exacta se desconoce y de prehistoria.


Aunque al final el intento de ridiculización no vaya tan desatinado salvo en el último punto:

Demostraremos que la “pseudohistoria” es lo que hoy está impreso en libros académicos.

Muchos seguimos trabajando por la solución pacífica de conflictos y revelar al mundo la verdad, también del origen de la humanidad. Aunque tal vez algunos no estén preparados para asumirlo.

Se tendrán que ir poniendo al día a marchas forzadas, el futuro no espera a nadie.


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Como nota al pie me gustaría adelantarme a alguna de las previsibles objeciones que tratarán de impugnar la tesis expuesta.


La técnica de cerramiento por “aproximación de hiladas” o “falsa bóveda” se interpreta en términos arquitectónicos como la forma más rudimentaria de arco, siendo desde cierto punto de vista superado por el romano, el ojival o el gótico.


Y digo desde cierto punto de vista porque dichos análisis a buen seguro no contemplan la faceta de la estabilidad y perdurabilidad.

Lo cierto es que en la "cultura megalítica global" lo que se suele observar es un dintel recto de una sola pieza masiva como solución a esa situación.

Uno puede hallar en el patrimonio arquitectónico histórico elaboradísimas cúpulas pero muchas veces el trabajo de la piedra es de una pericia limitada que queda suplida en el ajuste con mortero o disimulada con otras capas de materiales superpuestos.

Trabajos que, desde otros puntos de vista, son en realidad de grado inferior aunque posteriores.

Y uno de los rasgos que caracteriza a la “ingeniería de grandes bloques” que se propone asociar con una “cultura megalítica global”, a veces presentando formas poligonales irregulares, es su resistencia anti-sísmica. Está hechos para durar y por eso han durado, no es vano el dicho de que “el tiempo teme a las pirámides”.


Como comprobamos no hace mucho Notre Dame, aunque magnífica, colapsó en parte ante un simple fuego. No parece que se esté interpretando correctamente un legado que a mi juicio no corresponde a la prehistoria sino a la protohistoria: la que quedó escrita, en piedra.


jueves, 13 de julio de 2023

La cultura megalítica global 2

Dado que las bases fueron expuestas aquí, https://www.meneame.net/m/Los12monos/cultura-megalitica-global ya se trata de ir recopilando evidencia y relacionándola.

Pero antes de nada me gustaría subrayar la cuestión de las reconstrucciones o restauraciones de obras necesariamente anteriores y la necesidad de educar la mirada para detectar ciertas sutilezas que a veces ni siquiera son demasiado sutiles.

Por ejemplo, este muro se encuentra el Alba Fucens como indica la imagen. Se encuentra justo en el medio de la península italiana.

 

 

Se hacen bastante obvias las diversas intervenciones:

 

Además de la calidad constructiva en sí (normalmente la cosa va a peor) vale la pena reparar en los diferentes grados de erosión, que afectarán en medidas distintas a los diferentes materiales.

Y desde luego el tamaño también es un factor a tener en cuenta. Éste quizás se el bloque más famoso, hasta tiene entrada en la wiki, le llaman “piedra de la mujer embarazada” y está en Balbek, Líbano:

 

 

Varias parecidas forman la base del que hoy se conoce como “Templo de Júpiter” y su construcción se atribuye a Roma. Se le estima un peso de una 1000 toneladas, lo que vienen siendo un millón de kilos.

Esta otra estructura se encuentra en un lugar menos conocido para los no avezados en la materia pero descubierto hace años, se trata de Gornaya Shoria:

 

Las proporciones y el corte recuerdan bastante a lo que se puede ver en Balbek. Si además nos fijamos en el bloque detrás de tipo, podremos apreciar una serie de taladros cuadrados que también se ven en el Líbano.

Y si aceptamos las similitudes, que bajo mi punto de vista son evidentes, aquí pueden pasar dos cosas: o bien hemos descubierto que Roma extendió sus dominios muchos más allá del Mar Caspio, ver mapa:

 

O bien estamos hablando de algo más, que desde luego es mi impresión. Estábamos hablando de reconstrucciones y Balbek en mi opinión es una, y no siempre es tarea fácil delimitar de quién es qué. Sigamos reconstruyendo la (pre)historia.

El túnel de Alba Fucens da muy buena muestra de lo que es una reconstrucción con medios muy distintos.

Si observamos al fondo a la izquierda vemos algunos grandes bloques originales en una bóveda que ha sido restaurada por completo con piedra mucho más ligera que los bloques originales.

 


 


Las paredes del túnel se conservan casi por completo. Ni que decir tiene que lo de Alba Fucens, en el corazón de Italia, se atribuye por supuesto al Imperio Romano. Pero es que si atendemos a la siguiente comparación, Roma tendría que haber llegado no sólo hasta la mitad de Asia sino, al parecer, al otro lado del Atlántico:


 

Sin duda se pueden apreciar diferencia entre lo mostrado en Italia y en Tarawasi, Perú, pero a mi juicio el parecido es más que notable. La diferencia parace estar sobre todo en la materia prima, una cuestión que suele determinar el entorno.

Siguiendo con Alba Fucens, aquí hay una muestra de taladros, en este caso circulares. Se piensa que se utilizaban para elevarlos con un mecanismo conocido como gafas. Y lo cierto es que podría tener mucho sentido, en este muro sólo los encontramos en los de la parte superior. También se puede apreciar en algunos bloques del túnel pero aquí se ve más claro:

 


Reparando en la ubicación, a unos 100 km de Roma, se me antojó curioso que se hallara bien, bien en el medio de la península itálica. Y qué envidia no tener cosas parecidas por aquí, en el medio de la península ibérica lo que tenemos es… Madrid.

Y como uno se sabe ignorante, que es el primer paso para dejar de serlo, se me ocurrió buscar un poco sobre los orígenes de la capital del reino, lo primero que me dio en los morros fue esta imagen de una “muralla cristiana”:

 


Hay además una muralla árabe-cristiana realmente muy deteriorada con una reconstrucción moderna estilo Portland, en principio sin nada significativo, aunque de algún lado salió la piedra y ya se comentó que muchos de estos lugares han sido usados como cantera.

No sé qué profundidad tienen esos bloques ni si son realmente antiguos pero lo cierto es que aquí parece que no quedó en pie ni la primera hilada. Ni piedra sobre piedra, se diría.

Y a mí me ha empezado a sonar en la cabeza música como de Western:













Musiquilla de fondo

Si estuviera en el Reino Unido podría pensar que se las trajeron de las Américas, siendo españoles me temo que ya estaban aquí y puede que no se hayan movido de su sitio en milenios.

Buscando un poco más veo que utilizan las mismas piedras para ilustrar un artículo que habla de “los vestigios más antiguos de Madrid”:

https://www.elconfidencial.com/espana/madrid/2023-02-07/muralla-arabe-cristiana-madrid_3568792/ 

 

Si no fuera porque está en la calle Almendros alguno se acabaría de caer del guindo.

Y para finalizar les dejo con una interpretación del clásico “El cóndor pasa” interpretada por éste, su humilde servidor, su siervo, su vasallo, su esclavo:

El cóndor pasa

miércoles, 5 de julio de 2023

Las leyes de la Causalidad y la muerte del tiempo

Se conoce, a merced de observaciones y de los postulados de la relatividad, que existe un relación inversamente proporcional entre la velocidad de un observador y su experiencia del tiempo.

Así, a mayor velocidad. se entiende que existe una “dilatación temporal”, es decir, que éste se ralentiza.

Tenemos por lo tanto dos magnitudes, la velocidad del observador y la del transcurso del tiempo cuya relación inversamente proporcional apunta a la conservación de un total de movimiento posible, máximo y mínimo a la vez.

Si aceptamos que hay una magnitud que se conserva, podemos definir tal magnitud como la hipotenusa de un triángulo rectángulo y asignar las velocidades a los respectivos catetos.

Y si hablamos de un total de movimiento posible es difícil no reparar en la constante relativista que es la velocidad de la luz.

La causa de esa relación inversamente proporcional entre la velocidad del observador y la del transcurso del tiempo se halla en la resistencia del medio.

El resultado es que el total de la energía se conserva independientemente de la velocidad del observador o la del transcurso del tiempo que experimente.

Y al final se cumple el dicho de que “si la montaña no viene a Mahoma, Mahoma va a la montaña”.

Lo hasta aquí descrito no se puede decir que resulte de una complejidad inasumible, sin embargo si existen algunos problemas de concepto que impiden alcanzar las conclusiones expuestas:

1. El concepto de vacío

2. El concepto de materia

3. El concepto de tiempo




1. El concepto de vacío

Desde que Michelson y Morley descartaran experimentalmente la existencia del “viento del éter” con su interferómetro hasta el mismo Maxwell, que unificó electricidad y magnetismo, y la física en general, quedó en un cierto estado de consternación.

Se descartaba con ello, incorrectamente, la existencia del éter que se había postulado como medio para que se desplazara la onda electromagnética. A partir de entonces debió hacerlo sobre el vacío.

Y si ya es dramático desplazarse en el vacío, interpretado como una suerte de “nada”, con más razón lo es para una onda que carece de elementos constitutivos propios y no es más que una ondulación del medio.

El motivo es sencillo: se interpretó que el supuesto éter debería presentar mayor resistencia en el sentido de desplazamiento, de modo análogo a lo que sucedería en el mar o en la atmósfera. Sucede que, a medida que vamos yendo hacia medios más sutiles, nuevos efectos emergentes pueden darse en virtud de los mismos principios, y puede que no se sepan interpretar correctamente.

Al final éter y espacio (o espacio-tiempo en la relatividad) son la misma cosa. La luz es una excitación del espacio en un punto que se propaga en toda direcciones

El hecho es que, según la relatividad, la luz no ve afectada su velocidad en función del desplazamiento como sucede con otros elementos. En todo caso su frecuencia, según dicta el efecto Doppler.

Luego, si lo que se plantea es que a mayor velocidad de los objetos, estos experimentan los cambios con menor velocidad, tal vez la luz como constante pueda quedar al margen de dicho principio y permitirnos tener un reloj libre de tales distorsiones.

Sucede que, aunque la luz dé perfecto cumplimiento a los postulados de Einstein y su velocidad permanezca inalterable, lo que si se altera con el desplazamiento es su trayectoria, en la misma diferencia que un cateto es a la hipotenusa. Así que, aquí por otros motivos, seguimos sin un reloj fiable.

Por lo dicho hasta aquí, no es de extrañar, según lo publicado después por Einstein, que el experimento de Michelson y Morley de 1887, no diera el resultado esperado. No parece que el viento del éter, o la resistencia del espacio, o la impedancia del vacío, interfieran con la luz, acaso por carecer de masa.

Pero la ausencia de prueba no es prueba de ausencia.

Según la relatividad es precisamente la masa lo que modifica las características del espacio-tiempo, lo que venía siendo el éter, y todos los observadores deberían percibir la misma velocidad de la luz independientemente de su desplazamiento, así que no parece que las condiciones de aquel experimento del siglo XIX estén planteando la pregunta correcta.

La masa y la velocidad están estrechamente relacionadas. A mayor velocidad, mayor masa. Y lo cierto es que la gravedad sigue siendo uno de los fenómenos peor comprendidos.

No en vano la conocida como “catástrofe del vacío” ostenta el dudoso honor de ser considerada como “la peor predicción teórica de la historia de la física”.


2. El concepto de materia

Viniendo del paradigma anterior y por nuestra experiencia del mundo, solemos interpretar, erróneamente, que donde hay un objeto hay “algo” compuesto de materia y donde sólo has espacio no hay “nada”.

Lo cierto es que lo único que cambia es la densidad. El espacio, antes que ningún vacío, es algo. Recordemos a Parménides y su “sólo la nada puede no ser”. El espacio es el medio más sutil de nuestra experiencia, tanto que ha sido siempre confundido con ese vacío lleno de nada que sin duda no existe.

Es el sustrato imprescindible para cualquier estructura material. Y, de hecho, bajo el punto de vista ondulatorio, la materia no es otra cosa que una alteración del espacio que se traslada a través de éste, y para ello ha de vencer un resistencia, en relación a su velocidad y su masa. De ahí emanan los efectos gravitatorios.

Tal vez el mejor ejemplo visual sea la deformación que se crea en una cuerda fijada por un extremo cuando sacudimos el otro. Vemos una deformación viajar por la cuerda, sin mayor constitución que una configuración determinada de ésta. Alguna de esas ondulaciones adquieren una configuración estable y esos tipos de ondulación son los que conocemos como materia ordinaria.

Para quien no haya hecho nunca nudos, cabe recordar que el principio siempre es el mismo: una parte de la cuerda aprisiona a otra. Pero los diferentes tipos de “nudos” se crean exactamente con la misma cuerda, que en esta analogía representa al espacio tridimensional.


3. El concepto de tiempo

Se le suelen atribuir al tiempo, erróneamente, propiedades que caracterizan a una dimensión espacial, cuando nuestra experiencia cotidiana evidencia que eso no es cierto en absoluto.

Lo cierto es que el pasado sólo existe en la memoria y el futuro como expectativa del presente.

Hay un espacio en el que se suceden cambios, en virtud de la causalidad, y estos determinan una secuencia.

Y solemos ordenarlos en un eje para representarlos, pero es un grave error confundir una representación abstracta con la realidad. No hay por lo tanto dimensión temporal por la que desplazarse, ni más ni menos deprisa y todavía menos hacia delante o hacia atrás. Lo que se conoce como “flecha del tiempo” es la tercera ley de la causalidad, estrechamente ligada con las leyes de la termodinámica y de Newton:

        1. Todo lo que sucede es inevitable.

        2. Todo lo que no sucede es imposible.

        3. Todo es irreversible.

Lo que termina de confundirnos es la llamada “dilatación temporal”. Al final lo que sucede es que no tenemos más manera de medir el “paso te tiempo”, que no son más que los cambios en la materia y el espacio, que con la propia materia y los cambios que en ella observamos. Y con luz, que como ya se ha referido presenta sus propios problemas.

Así, al comparar dos relojes, debido a su diferente relación de velocidad con el espacio, observamos que los que se desplazan a mayor velocidad respecto al medio experimentan una ralentización general del cambio, igual que toda la estructura material que les acompaña en su contexto, por lo que hemos entendido que es el tiempo lo que se ralentiza.

Una premisa errónea conduce a una conclusión errónea y si la primera no se corrige resulta imposible llegar a buen puerto.

Lo que sucede en realidad es que el omnipresente éter está ejerciendo una resistencia proporcional a la velocidad-masa respecto a los cambios que en su seno acontecen. Y de esta forma el total queda siempre conservado.

*****

 

 

En los últimos tiempos el llamado “vacío cuántico” ha venido a rescatar al vacío de la nada y a devolver al espacio (o éter) al lugar primigenio que le corresponde, pero aún persiste un enorme malentendido.

Tesla tenía muy claro que el vacío, la nada, no podía tener propiedad alguna y que por lo tanto no podría curvarse ante la gravedad como proponía la relatividad de Einstein con su espacio-tiempo, por lo tanto el llamado vacío no podía ser tal.

Y es obvio, no sólo que la onda necesita un medio para desplazarse, sino que la onda es en realidad expresión del medio. Y que, como con el ejemplo de la cuerda, nada se mueve de la manera que acostumbramos a interpretar si no que se transmite. Y que la materia no son más que nudos que se desplazan por esa cuerda sin que nada en su constitución se vea alterado, siendo su naturaleza última ondulatoria. En la línea de interpretación de la onda piloto de DeBroglie que merece comentario aparte.

Con esto, ya estaremos algo más cerca de responder a la pregunta, bastante más interesante de qué es la energía, aunque algo ya se ha esbozado aquí. Y otra aún, si existe alguna manera de obtener energía de ese descartado pero finalmente omnipresente éter. O del espacio, que desde luego no parece estar en absoluto vacío.

Espacio, materia, tiempo. Parece difícil acertar siempre en el error. ¿Casualidad o causalidad?

lunes, 3 de julio de 2023

Sombras en la oscuridad: la historia oculta

 


 

La manera de contar bien una historia se supone que es empezar por el principio, pero eso no siempre es posible. Podría empezar con esos mapas, como el de Piri Reis, que muestra un tierra que por entonces ni siquiera era conocida para la civilización actual. Pero lo que quiero contar es muy posterior, empieza, como todos los principios, con un final. El de la segunda guerra mundial.

Tal vez lo de los nazis en la Antártida ya suene hasta a tópico underground. Es natural que declaraciones como las del almirante Dönitz, diciendo abiertamente que ha construido “un shangri-la inexpugnable” para su führer, resulten cuanto menos llamativas.

Teniendo en cuenta además que el cadáver de Hitler se identificó por un trozo de mandíbula y muchos nazis lograron trazar su ruta de huida a Sudamérica, se puede entender que termine siendo terreno abonado para especulaciones.

En cuanto a documentos oficiales, existen archivos desclasificados del FBI que recogen la rumorología de la prensa de la época y poco más, situando a Hitler aquí o allá, siendo reconocido, etc. Incluso existe un documental argentino en el que un carpintero relata con toda normalidad un encuentro. Tal vez decepcione a alguien, pero al parecer se había quitado el bigote.

Lo que sí está mucho más contrastado es que Skorzny, el que llegó a ser catalogado como “el hombre más peligroso de Europa”, persona de confianza de Hitler al que encomendó las misiones más delicadas, entre ellas el rescate de Mussolini, fue guardaespaldas personal de Perón.

Un tipo audaz, qué duda cabe. Con una de esas llamativas cicatrices en el rostro resultado de los duelos de esgrima de su juventud. Él mismo lo relata en sus memorias. Y un tipo peligroso, por lo que otros cuentan de él.

Lo cierto es que que existe un cierto rumor de nazis en Argentina y no sin razón: por sus puertos pasaron algunos submarinos en rendición tras el final de la segunda guerra mundial, cuentan que uno fue hundido frente a sus costas y que todavía se puede avistar en la bajamar.

Huelga decir que la llamada tierra del fuego, al sur de la Patagonia, es la masa de tierra más cercana al continente helado. Es un lugar más que inhóspito, poco apropiado para el Shangri-la al que pudiera referirse Dönitz. Seguramente nadie en su sano juicio buscaría en tal lugar refugio. Algunos de los viejos exploradores como el británico Scott pagaron con la vida sus intentos de conquista.

Y lo natural sería concluir aquí la conjetura, descartando la posibilidad por descabellada.

Pero sucede que la realidad, tiene la mala costumbre de superar a la ficción. Y el dicho la manía de cumplirse incluso más de lo que cabría esperar. Y he aquí que en 1947 tiene lugar la operación Highjump. El nombre es oficial y material “desclasificado”. Incluso hay un libro subtitulado “la guerra que nunca existió” que tal vez nos pueda dar un panorama más realista de lo que sucedió que lo que la historia oficial cuenta a día de hoy:

Que aquello fueron unas simples maniobras en el hielo. Como muchos que conocen el asunto han observado, la envergadura, que hizo necesaria una versión pública pues era imposible ocultar aquello, no parece razonable para la circunstancia declarada. Ni tener que desplazarse hasta la Antártida si lo que se busca es hielo y no algo que sólo se pueda encontrar allí.

A estas alturas ya debería estar meridianamente claro que lo que se plantea es que la segunda guerra mundial no terminó el 30 de abril de 1945. Terminó a los ojos del mundo. Y no se puede decir en realidad que la ganaran los aliados. A pesar de disponer de armamento nuclear.

Si hemos de dar crédito al relato del almirante Byrd, tendríamos que remontarnos a los orígenes mismo del nazismo y aún más allá. El interés por la historia y por el esoterismo se ha recogido hasta en las películas y ha quedado en la cultura popular. Himmler estuvo de visita en el monasterio de Montserrat, seguramente siguiendo una de las historias del grial que cuenta quedó depositado en un supuesto Mont-salvat.

La esvástica es una antiguo símbolo. También la cruz de hierro, que a la postre es una cruz de Malta, como las de las velas de las carabelas. La impresión que da es que las élites nazis tuvieron acceso a un conocimiento antiguo desde sus mismo inicios. Algunos los vinculan con la sociedad secreta Thule.

Todo ese relato de razas, los arios, los judíos. No sé si la historia real, pero alguna historia les fue contada. Y no hay buena mentira que no tenga algo de verdad.

Lo cierto es que todo lo que tenga que ver con el pretendido Reich de los mil años está rodeado de controversia, oscurantismo e incluso tabú. Y sigue habiendo cosas francamente difíciles de explicar, al final todo se atribuye con ligereza a la locura del líder, y a otra cosa.

Si se analiza la situación militarmente, la apertura del frente oriental es algo que no puede tener el menor sentido para ningún estratega. E incluso con errores estratégicos de bulto, no estuvieron tan lejos. 11 millones de muertos le costó a la URSS pararlos. Y a pesar de llegar los primeros a Berlín, Stalin supo que Hitler había escapado. Lo que no está tan claro es que supiera dónde, algo que sí averiguaron los EEUU más tarde.

Y allí que fueron a exterminar el último reducto del régimen nazi, en el que los submarinos de Dönitz debieron tener un papel clave para el trayecto. Lo cierto es que la URSS sufrió un desgaste desgarrador en la contienda y es muy posible que aún disponiendo de la misma información que los EEUU hubiera dado por finalizado su papel. En cualquier caso, hasta donde yo sé, no hay constancia de que intervinieran, ni otras potencias europeas.

Si volvemos al almirante Byrd, y hemos revisado algo de la mitología que bebieron y se creyeron los nazis, cierta o no, tal vez podamos verlo con otra luz. Algo que, malinterpretado, puede sonar del todo ridículo: Agartha, la tierra hueca, el origen de la raza aria…

¿Sabes lo que es ridículo en realidad? Habitar en la superficie de un planeta, a merced de tsunamis, meteoritos, llamaradas solares y quién sabe qué más. Y a pesar de todo los mayores núcleos de población se hallan en las costas. Tampoco parecía mala idea el diseño de la central nuclear de Fukushima hasta que ocurrió algo fuera de lo habitual. Una receta para el desastre, sin duda, como bien se pudo comprobar.

Ya que hablamos de Japón, se da la circunstancia que la presencia de la esvástica es bastante común en su cultura, se puede ver asociada a imágenes de Buda. Tal vez algo tenga que ver con lo que podría parecer una curiosa alianza. Y, siguiendo con los colaboradores, hoy se ha convertido en chascarrillo aquello de la “conspiración judeo-masónica” que chocheaba Franco, pero lo cierto es que desde determinados niveles de poder se tiene acceso a más y mejor información. Y aún así parece que nadie escapa de las mentiras.

Lo que explicó el almirante Byrd, y que fue publicado en la prensa de la época, no encaja demasiado con la idea que tenemos de la Antártida: un continente sepultado bajo metros y metros, sino kilómetros de puro hielo. Aunque tal vez el mero hecho de que la historia fuera divulgada debería hacernos dudar.

Si nos ceñimos a los hechos, el actual presidente de EEUU, hizo un curioso viaje relámpago a la Antártida justo al final del mandato de Obama, administración de la que fue vicepresidente.

Es un viaje curioso, cuanto menos. Y un momento llamativo. El momento es importante a la hora de revelar lo que no es contado porque algunas cosas simplemente no pueden posponerse, se puede adornar todo, maquillar, tergiversar. Pero el momento puede ser invariable.

Aunque por supuesto no da mucho más que para la especulación. Ahora bien, si se une a otros contextos, como el desarrollo al final de la guerra por parte de los nazis de ciertos ingenios voladores, o el paseo que un buen día unas llamativas luces se dieron por la mismísimo Capitolio… ¿fue en el 52? Y ¿en qué año fue la conocida como “Batalla de Los Ángeles”? EEUU estaba en guerra si no recuerdo mal, pero siempre lo está en alguna parte. Si se une a otros contextos, decía, la impresión que da es que la pretendida hegemonía global de Washington nunca fue tal.

Sí, echaron a los nazis de Alemania y llenaron Europa de bases de la alianza militar que lideran, pero me temo que de la Antártida volvieron con las manos vacías. De hecho, rumores hay de explosiones nucleares por aquellas latitudes y fechas, incluso antes de poner un pie en el hielo, si no recuerdo mal. En cualquier caso son extremos difícilmente contrastables. Es lo que tienen los secretos. Pero lo cierto es que, a juzgar por el escenario que ha quedado a los ojos del público, aquella supuesta contienda del 47 debió finalizar como lo hacen todas las guerras: con alguna clase de negociación y acuerdo. Y no parece que EEUU, por más que dispusiera de la bomba atómica, tuviera en ella una posición de fuerza.

Muchas más dudas que certezas, desde luego: dudas, todas y certeza apenas ninguna. Pero sigamos delimitando esa silueta. Dada la situación hipotética planteada hasta aquí, ¿qué clase de acuerdo se podría haber alcanzado? Sin tener en cuenta a otras posibles partes, que ya es mucho suponer.

¿Cabría hablar de alguna suerte de vasallaje? Porque la idea de “me voy a quedar aquí y vamos a hacer que no existimos el uno respecto al otro, te puedes quedar el mundo” me temo que es demasiado inocente. Lo cierto es que el poder se cuida mucho de ofrecer un rostro. Se aprende muy rápido en los duelos de esgrima, igual que en las artes marciales y en general en cualquier confrontación física: se ofrece el menor blanco posible al enemigo.

Hacer creer que no existe es el mejor truco del demonio, se suele decir. Y lo cierto es que por lo que nos consta la Antártida es todo un continente de puro hielo: sin volcanes, sin geotermia, sin los paisajes verdes que describió Byrd.

La hipótesis se puede juzgar incluso como surrealista, pero lo cierto es que explicaría algunas cosas que de otro modo resultan de difícil comprensión: la árida tarea de buscar a un tal Bin Laden durante largo tiempo en cuevas de Afganistán, la invasión relámpago de Irak justo cuando el arqueólogo Jörg Fassbinder creía haber hallado la tumba de Gilgamesh, el paso por Siria y ahora la provocada guerra de Ucrania por las pirámides enterradas en Crimea, que quedó escindida tras el intento de golpe suave en 2014 y bajo control ruso.

Volviendo al 47, no parece que los rusos estuvieran en ese tratado. Sin embargo, sí podría parecer que, además de los científicos nazis que incorporaron a sus filas en lo que fue la conocida como operación Paperclip, entre ellos el muy conocido Von Braun, padre del programa espacial americano, los EEUU hubieran heredado un cierto gusto por temas que parecían más preocupaciones de un régimen de locos. O tal vez lo que recibieran finalmente fue un mandato.

Papel curioso jugaría Israel en este hipotético escenario, aunque la programada creación del estado semita merece sin duda ser abordada aparte. También la estrella de David que luce en su bandera es sin duda un símbolo muy antiguo. Lo que parece incuestionable, llegados a este punto, es que al público se le cuenta, cuanto menos, mejor.

Y que algunos parecen empeñados en seguir ahondando en la historia antigua, para su exclusivo provecho, ahora ya de una manera mucho más discreta, solapada, sin incurrir en los errores del pasado, aunque operaciones como la del saqueo del museo de Bagdad al final sean pura evidencia.

¿Conclusiones? Que ni siquiera conocemos el escenario real ni a los actores que lo componen. Que formamos parte de una partida de ajedrez, que como un simple peón, ni siquiera ve la totalidad del tablero y no escoge donde mueve: es movido.

Y más halla de la propia figura hay sólo un horizonte difuso de mentiras, medias verdades, especulaciones y rumores. Sombras en la oscuridad.

Que cada uno saque sus propias conclusiones, al final tampoco es que podamos hacer gran cosa, tal vez alguien termine con la peregrina idea en la cabeza de que Hitler es el responsable cambio climático. Sea como sea, la verdad nunca se ha contado entre el patrimonio de los desposeídos.

¡Nazis en la Antártida, menuda locura! ¿Y en la luna no? Bueno. Ya llegaremos.



*****


El tratado antártico redactado en 1959 prohíbe explícitamente el uso de armas nucleares en la zona así como su uso para almacenar residuos nucleares. Teniendo en cuenta que es una región considerada inhabitable y se prevé que permanezca así por siglos tal vez no fuera tan mala idea.

Está ratificado por países aledaños y las grandes potencias de la época, cosa que no sucede con el tratado lunar.

Tal vez es que ese otro territorio fuera del globo terráqueo sí está en posible disputa. La carrera espacial, lo llamaron.

Y el hecho de que el responsable último del programa espacial americano fuera un ex-nazi, da cuanto menos que pensar. O debería.

Y algunas fechas: Kennedy junto a sus repulsiones al secreto y a aumentar la presencia en Vietnam son asesinados en el 63, en el 69 se cumplía la mayor de las metas que planteó, “not because they are easy but because they are hard”, y a 2023, 60 años después, se diría que la carrera espacial terminó prácticamente al comenzar. Más de medio siglo.

Demasiadas cosas tienen muy difícil explicación. Y difícil intuir lo que sucede entre bastidores.

En mi opinión el video más revelador en cuanto al asunto del alunizaje no es ni el de la pluma y el martillo, ni el de bandera que sea por lo que sea no se está quieta, no.

Es el de la rueda de prensa de sus tres protagonistas. Aldrin es un tío duro, lo sigue siendo en cierto modo aún a su edad. Se le ve sagaz, con esa mirada afilada y luciendo sin recatos su joyería. Casi incisivo esperando las preguntas de los periodistas.

Armstrong, demasiado decepcionado para acabar de convertirse en un héroe, universal, se diría.

Collins retraído y algo distante. Ahí está todo lo que hace falta saber.

Bueno, no. Siendo justos es tan sólo un indicio, pero suficiente para ponerse en el camino correcto.

Luego está además, claro, lo que se cuenta. Son curiosos los intereses que el acontecimiento despertó en Armstrong. Cada uno somos de una manera, a él se diría que le pesó toda la vida.

Mucho se habla del canal médico privado, de una par de minutos de silencio. Al parecer él mismo confesó en vida que... no podía confesar. Y no parece que se pudiera referir a un transitorio desajuste gastrointestinal debido a la inevitable tensión del momento.

Si me preguntan a mí, lo que realmente me gustaría encontrar allí sería una pirámide como un campo de fútbol de grande. Pero me temo que se apreciaría desde el descenso. Quién sabe.

Lo cierto es que la información está reservada a ciertos niveles, en general. Y, de lo que llega al público, que sin duda es mucho más de lo que en principio cabría esperar, se contamina todo con desinformación.

Pero llegaron, ¿sí o no? Bueno, más preocupante es el supuesto incidente de la base de Dulce.

Majestic Twelve, Blue Book, Area 51… Pero deberíamos tratar de esclarecer algo de entre esas arenas movedizas dispuestas precisamente para dificultar esclarecer nada. Me vienen a la cabeza algunos tópicos manidos: “el público no está preparado para esto”, “sería el caos”, “podría desatarse el pánico”. Ese tipo de razones de hombres de estado.

Me llegó la historia de Eisenhower presentándose en algún lugar amenazando con traer una división si no le daban acceso. Siendo presidente, se entiende. La anécdota, real o no, lo cierto es que encaja bastante bien con el carácter de aquel hombre… ¿vetusto? Y sobre todo da que pensar en quién controla la información y quién tiene realmente el poder, incluso qué cosa es esa a la que llamamos “poder”.

No me gusta exponer demasiado a nadie que no quiera exponerse, pero su hija ha sido bastante activa en algunos temas de los que aquí se refieren. También Mitchell sexto hombre en pisar la luna, hizo declaraciones que tal vez se apartan un poco de lo que cabría esperar. Lo que sí me ha quedado marcado a fuego es una imagen de un documental en el que interviene la primera:

Consiste en un, digamos, platillo volante, de esos que hemos visto tantos una y otra vez en la pantalla, con una bandera norteamericana. Con la diferencia que, en el lugar que suelen ocupar las estrellas de cinco puntas que representan a los estados, se halla una enorme esvástica blanca, sostenida sobre su vértice, como la que caracterizó al tercer Reich.

Eisenhower, que se encontró personalmente con el panorama espeluznante de los campos de concentración. Difícil de entender y difícil de explicar un cuadro semejante.

Recuerdo una frase que leí, creo que de algún argentino o similar: “desde ya te digo que Hitler fue engañado por extraterrestres”. Las expresiones que salen de las tripas sin duda a veces tienen su gracia. Y quizás, a veces, consiguen tal vez sin saberlo arañar algo de verdad. Como un disparo en la oscuridad que da en el blanco.

Un poco como esa imagen de la bandera norteamericana con la esvástica, es como una bofetada. En un microsegundo te cuenta décadas de una historia desconocida.

La historia de este milenio empieza con los atentados a las torres gemelas. Y de ahí a Afganistán, Irak, Libia, Siria… Ucrania...

No sabemos lo que pasa en el mundo, vamos a saber lo que pasa en la luna. Ni siquiera está claro si es más difícil saber lo que pasa, lo que pasó o lo que pasará.

 

*****

Como reflexión final, me gustaría mencionar la cuestión de la fuentes.

Cuando uno está lidiando con asuntos sobre los que pesa un profundo secreto, sencillamente no es posible añadir referencias del modo que se hace al elaborar un paper en cualquier disciplina.

La manera de gestionar la información es infinitamente más complicada y a mucha gente le es muy incómodo tener que moverse más allá de lo que son certezas absolutas, pero me temo que es siempre ahí donde se halla la verdad, inaprensible.

Al final uno termina con algunas constelaciones de puntos, que parpadean, unos más brillantes, otros menos, según se trace la conexión entre ellos.

El tipo de persona que se niega a aceptar que siempre hay más hechos que los demostrables prefiere vivir en la ignorancia antes que en la duda, porque no tienen la fortaleza para asumir la debilidad que tal posición supone.

Sin embargo, hay herramientas inductivas que nos permiten conocer algo más allá de la evidencia, que es a la postre lo evidente.

Esas personas se suelen valer precisamente del tipo de falacia ad ignorantiam presumiendo que la ausencia de prueba es prueba de ausencia. En otras palabras, que el no poder probar una afirmación demuestra su falsedad. En el contexto de información clasificada es más absurdo todavía, además de perverso. Tanto como lo que en derecho se conoce como prueba diabólica, de hecho es la otra cara de esa moneda. Pero muchos lo prefieren antes que la suspensión del juicio a la que obligaría el verdadero escepticismo y no el negacionismo que profesan.

Porque qué duda cabe que aquellos que guardan secretos, y todos los estados los tienen, conocen bien el papel de la información. Se usa para dirigir a las masas. Se fabrica a medida, se diría. Y si en algún momento ocurre una filtración indeseada qué duda cabe que hay operaciones de “control de daño”. Tratando de ridiculizar, desmentir, cuestionar y por lo general intentando refutar desde el mero cuestionamiento, extremo que ya se ha expuesto como falacia lógica.

Si es un hecho que los estados guardan secretos, es un hecho que hemos sido engañados. Por más risa tonta, y subrayo lo de tonta, que les pueda entrar a algunos recordando la oportuna pintada.

Al final es la interrelación de esos puntos en principio inconexos lo que permite configurar el armazón de un escenario consistente con los actores y el contexto. Y sí, tiene mucho de novela en todos los sentidos, policíaca, tanto en los resultados obtenidos con en las aptitudes requeridas. Pero, si se hace un buen trabajo, debería acercarse mucho más a la verdad que cualquier otro relato basado exclusivamente en la evidencia y la información que se le ofrece al público.

Si el lector tiene algún día la buena o mala suerte de salir en prensa por algún acontecimiento vivido de primera mano es posible que se dé cuenta de que en muchos casos no tienen ni la menor idea de lo que hablan.

En cualquier caso lo hasta aquí expuesto no se presenta como hechos últimos y prefiero, por los motivos citados, no ofrecer fuentes más que las referencias citadas, que no son pocas. Antes que una papilla que se pretenda que nadie deba tragar es una invitación a indagar, profundizar y reflexionar. A no quedarse con las verdades parciales o completas mentiras que nos ofrecen, aunque sin duda muchos estarán más cómodos con ellas.

Pero lo cierto es que Han solo disparó primero y luego cambiaron la versión. Son como niños.