lunes, 24 de febrero de 2025

De la gravedad oscura, la densidad y la fuerza de Arquímedes: eureka?

Partiendo de las ideas vertidas aquí: https://www.meneame.net/m/Los12monos/teoria-todo-cuestion-ontologica

Donde, resumidamente, se asume que la gravedad es a fin de cuentas un fenómeno emergente que procede de la interacción electromagnética. Hay una conclusión inevitable de lo planteado, y no precisamente menor, en la que acabo de reparar:

Si realmente la gravedad se tratara de magnetismo, tal como se propone, debería verse afectada por la temperatura. Así que resulta posible falsar tal premisa.

El principio es bien conocido y se puede sintetizar en el llamado “péndulo de Curie”:

https://youtube.com/shorts/bKRoMMJkU1s?si=gZDpjBa0OnBEKoIZ

A mayor temperatura, menor efecto magnético.

La razón de ello podría encajar bastante bien con lo interpretado en el artículo anterior. Sabiendo que el calor es a la postre movimiento de las partículas que forman un cuerpo dado, bajo el punto de vista geométrico tiene mucho sentido que el flujo del medio (espacio) que se plantea como origen del fenómeno magnético, se vea entorpecido, encuentre una resistencia en función de la temperatura. O sea, del movimiento de esas partículas. Geometría.

Y decía que el principio es bien conocido ya que en asuntos de superconductividad, y recordemos que eso es la menor resistencia posible, es práctica habitual enfriar los materiales hasta temperaturas cercanas al cero absoluto. Luego, existe una relación de proporcionalidad directa entre calor y resistencia.

Y para el caso que nos ocupa, el de la interacción gravitatoria, la relación con la temperatura abre la puerta a contrastarlo con la teoría imperante.

Si los vemos por ejemplo desde la cosmología, nos hallamos con el problema de la materia oscura que bajo la interpretación actual supone aproximadamente un 95% de materia que no vemos.

Hace poco veía como Neil deGrasse comentaba que sería una expresión más correcta, para no caer en asunciones infundadas, llamarlo “gravedad oscura”.

Si lo que conocemos como “constante gravitatoria” no fuera constante en absoluto si no dependiente de la temperatura, podría explicar como en los bordes externos de las galaxias, que deberían ser las zonas más frías, se halla más gravedad de la esperada.

Es conocido también que hay diferencias gravimétricas a lo largo de la superficie. En el contexto de la atmósfera, también la altura juega un papel. La gravedad al final sería resultado de diversos efectos cruzados antes que un número mágico y universal.

Y, seguramente, dentro de nuestro contexto, pueda resultar lo bastante preciso para arrojar predicciones, pero en los extremos debería mostrar desviaciones importantes.

Por ejemplo, las estrellas deberían experimentar una gravedad mucho menor de la prevista dadas las altas temperaturas, o ser las zonas frías del cosmos mucho más sensibles al fenómeno.

El modelo estelar en un principio encaja mejor que el modelo cosmológico, así que seguramente nuestra estimación esté más cerca de ese primero. El problema es que muchas estimaciones y cálculos incorporan G, está completamente engarzada en el modelo, por lo que puede ser difícil buscar elementos de contraste.

A buen seguro muchas de nuestras estimaciones actuales presentan importantes desvíos que deberían corregirse.

Y es posible que pueda explicar los 50 microgramos perdidos del kilo de París y tal vez servir incluso para ejemplificar el cambio climático:

https://www.elindependiente.com/futuro/2018/11/16/tras-130-anos-la-ciencia-dice-adios-al-kilogramo-original/

Ya hace un tiempo escribía sobre la gravedad valorando la posibilidad de que no fuera constante en el tiempo. Es posible que no sea constante ni siquiera a diferentes temperaturas.

Y si es posible demostrar cómo el calor afecta a la gravedad, tal vez haya que valorar obligatoriamente las premisas que han conducido a tal conclusión.

Y volver al abandonado modelo del universo eléctrico, tras denostar el viejo “deus ex maquina”, asumir que Maxwell tenía razón cuando pensaba en un medio donde el fenómeno eléctrico se expresaba y que Faraday estaba en lo cierto cuando previó la unificación de fuerzas.

Einstein y Tesla intercambiaron ideas interesantes al respecto. Einstein sugirió que el espacio se curva. Tesla observó que si ser curva, no pueder ser el vacío, la nada, pues tiene propiedades. Y ya hace mucho más que Parménides avisó que “sólo la nada puede no ser”.

Y a hombros de gigantes, en palabras de Newton, es como se llega a la conclusión de que la gravedad no es si no electromagnetismo parcialmente autocancelado y que muestra de ello es la afectación común en función de la temperatura.

El fenómeno de que los cuerpos calientes pesen menos que un cuerpo idéntico a menor temperatura se atribuye a la “fuerza de Arquímedes” que, casualmente, surge sólo en presencia de la gravedad. Y la fórmula que determina tal fuerza por supuesto incluye G:

F = ρgV

Donde F es la llamada fuerza de Arquímedes, ρ es la densidad del medio; g es la aceleración de la gravedad; V es el volumen del líquido (gas) desplazado por el cuerpo o sumergido por él.

https://es.scienceforming.com/10726375-archimedean-force-what-does-it-mean

Luego, según la fórmula expuesta G es proporcional a F, lo que tiene sentido según el principio de acción reacción, tercera ley de Newton. La fórmula no nos habla directamente de temperatura, pero nos habla de densidad, que indirectamente implica la temperatura y se nos dice que éas es la razón de una mayor flotabilidad en aguas más frías, esa mayor densidad.

Y si vemos la fórmula de la densidad, tampoco nos habla directamente de temperatura, nos habla de masa y volumen.

d= m/V

Sabemos bien que la temperatura afecta a ambas, así que de alguna manera ya se está incorporando la temperatura al cálculo sin advertirlo explícitamente, por lo que la fórmula funciona pero sin entender realmente el fenómeno subyacente y el papel que la gravedad tienen en él.

Parte de los efectos atribuidos a la densidad se deberían a variaciones de la interacción electromagnética-gravitatoria.

Los cuerpos calientes pesan menos (no confundir con el cálculo de la masa), en parte porque el calor debilita la interacción electromagnética que es la gravedad.

Si la fuerza de Arquímedes se atribuye a la dinámica de fluidos, comprendiendo también los gases de la atmósfera, bastaría con hacer la prueba en el vacío: si los cuerpos calientes siguen pesando menos en ese entorno, el medio con el que están interactuando no es ni el agua líquida de la bañera de Arquímedes ni el gas de la atmósfera, si no el tejido del espacio mismo que tiempo ha vino a llamarse éter. Y estaríamos probando que la gravedad está muy lejos de ser en realidad constante, con efectos en todo lugar donde se halle esa G de forma apreciable, que no son pocos. Eureka?


viernes, 21 de febrero de 2025

Los dioses mienten

Desde el pensamiento moderno se suele contemplar la idea de que las religiones, de un modo u otro nos han engañado. Otros siguen hallando ahí su verdad. Sin entrar en esa discusión, hay otra posibilidad de la que jamás se oye hablar: que fueran los dioses quienes han engañado a los hombres.

Si uno observa las diferentes tradiciones culturales del globo, apreciará detalles, se diría, caprichosos, a primera vista.

Así en la región del mediterráneo oriental y oriente medio, tanto en la cultura musulmana como judía, se proscribe el consumo de carne de cerdo. En una latitud bien apartada, en la india, el consumo de carne que está vetado es el de ternera. Todo ello vinculado a la religión, que de algún modo son las pautas dadas por dios a los hombres, presuntamente.

Lo que cabría preguntarse es qué lógica hay detrás de ello. No es difícil advertir que, de tratarse de algún tipo de planificación coordinada respondería a una lógica de diversificación, idéntica a la que se emplea en el ámbito financiero, entre muchos otros. Así, si alguna enfermedad de ganado se trasmitiera a la población, por ejemplo a través de la carne de cerdo, allí donde no lo comen quedarían exentos. Otros credos plantean directamente opciones veganas como el jainismo.

Asumiendo de nuevo la posibilidad de esa estrategia coordinada en los mensajes dados por los dioses a los hombres, sorprende la cuestión de las lenguas. Lo razonable en favor de una integración global sería dotarlos de una única lengua. En cambio sólo en la zona de oriente medio tenemos la raíz fenicia, que recuerda a runas nórdicas y que deriva en arameo y hebreo, la cuneiforme procedente de Babilonia y los jeroglíficos egipcios. Un poco en la línea del mito de la torre de Babel donde dios confunde a la gentes haciéndoles hablar diferentes lenguas.

Y es curioso porque, por poca movilidad que hubiera existido en la zona sería de esperar una mayor sinergia y similitudes. Sin embargo lo que vemos en Egipto recuerda más a los mayas, al otro lado del Atlántico, que lo que hay a unos pocos kilómetros. Lo que sugiere que no existió contacto ni intercambio mientras se desarrollaron esos sistemas.

También determinados estilos de construcción en piedra, que es de lo poco que resta del pasado distante, aún habiendo sido utilizados a veces como canteras, parecen cruzar los océanos sin problemas.

Más tarde los griegos hicieron un esfuerzo en asemejar su cosmogonía teológica a la del antiguo Egipto, algo que posteriormente hicieron los romanos respecto a la cultura griega. Así, en tal cultura este dios tiene este nombre y en aquella aquel otro, pero son la misma identidad, antes del viaje hacia el monoteísmo.

Y hacían bien los griegos en mirar a Egipto porque al final las obras realizadas son de algún modo función del excedente que dicha cultura produce y por lo tanto también función de la calidad y cantidad de sus registros históricos. De Abydos, junto al Nilo, salió la lista de reyes que registra incluso el tiempo en que Egipto fue gobernado por dioses. Obviamente desde el pensamiento actual se interpreta en clave mitológica, por más que el resto del listado sea fundamentalmente correcto, una vez contrastado con otras fuentes. Algo parecido a lo que sucede con Platón y la Atlántida.

Tal vez en otras regiones lo que sucede es que no se conserva memoria, pero lo cierto es que hay otro tipo de testimonios. Y es que indagando en esa pretérita cultura megalítica global, ahondando en las raíces de esas tradiciones religiosas, acaba siendo imposible no ver una planificación común, y seguramente en interés de los planificadores y no de los planificados: tras las huellas de los dioses.

La biblia habla de un Edén, donde Adán y Eva moraban desnudos. Y no es sino tras morder la manzana del conocimiento, del árbol del centro del jardín, ofrecida por la serpiente, que les está explícitamente prohibida, que empiezan a cubrir sus cuerpos, entre otras consecuencias.

La ciencia de la evolución explica sencillamente que un buen día nos caímos del árbol. No en vano, para la ciencia, la aparición de la conciencia es un punto difuso como lo es la aparición de la vida en sí, incluso su propia definición.

Y ni siquiera digo que no sea así, pero tal vez habría que tener en consideración todos los testimonios, y sin duda no son muchos los que nos han llegados desde tiempos tan remotos.

Lo que las evidencias muestran es un proyecto planificado a escala global, con el denominador común del oro, cuya importancia en las diversas culturas es imposible de explicar por la función que desempeñaba en ellas. Así que podemos recapitular un poco y ver con qué tipo de dioses tratamos:

Sabemos que les gusta el oro, y dudo mucho que sea por una mera cuestión decorativa.

Que mientras gobernaron mantuvieron a varios grupos humanos más bien aislados.

Y que, asumida la planificación global, adoptaron distintos nombres en los diversos lugares.

No parecen prácticas guiadas por un sentido noble de transparencia. Todo lo contrario.

De hecho todo parece tener mucho más sentido si vemos al Adán no como un individuo, si no como una raza desprovista artificialmente de conciencia para el desarrollo de determinadas tareas.

Y, conociendo en algo al ser humano, no se me ocurre qué serpiente podría introducir en ella la semilla del conocimiento. Claro que, si el jardín del Edén fueran a la postre campos de trabajo, no parece que la versión de dios en esto sea demasiado clara.

Muy al contrario, recuerda un poco al inefable Hawass que nos dice por activa y por pasiva que no había esclavos en Egipto cuando está llenos de representaciones de látigos, que según él deben ser sin duda para espantar moscas.

Hay algunos elementos en Egipto que se repiten una y otra vez: el ankh, la vara con doble pico y empuñadura con cabeza de ave (donde yo no puedo evitar ver un pterodáctilo) y un bastón con forma de interrogante que ilustra muy bien el misterio. Porque sin duda algo de misterio hay en que ninguno de esos objetos representados hasta el hartazgo haya llegado hasta nuestros días más que en forma de representación, o por lo menos acerca de sus funciones.

Otro dato curioso que hallamos en la biblia es que dios hizo al hombre “a su imagen y semejanza”. Y, si damos por válidas las funciones hasta aquí planteadas para el diseño, cabe preguntarse qué interés podría haber detrás del hecho de que fuera tan a su imagen y semejanza. Eso unido a otros relatos como en el que los hijos de los dioses yacen con las hijas de los hombres nos da una idea de cuales podrían haber sido esas funciones.

Y analizando la sociedad contemporánea, no sorprende hallar que esto siga siendo un enorme burdel, tal vez es que los dioses que diseñaron al ser humano para la esclavitud a perpetuidad nunca se fueran expulsados y sigan, entre nosotros, esclavizando y violando a la humanidad sólo que de formas más sutiles. Tanto como para contarnos la historia explicando que el ser humano fue desterrado del paraíso por su pecado original, el de haber adquirido conciencia.

Qué duda cabe de que los dioses mienten.


 

La cabeza del pterodáctilo y la cruz de la vida (Una mirada profana al antiguo Egipto)

Si uno estudia la historia del arte, de las diversas culturas, es difícil no sorprenderse con lo hallado en Egipto. Más que nada porque, al margen de lo interesante del estilo, se puede afirmar que dibujaban bastante mal. Como niños de 8, 10, 12 años, tal vez. Y estuvieron dibujando así durante muchos siglos.

Desde cierto punto de vista, hay más destreza en los pocos trazos monocromos de las pinturas rupestres.

A pesar de ello hallamos generosos policromados y trabajos sobre la piedra. Las esculturas sí suelen presentar un estilo mucho más maduro aún con sus líneas muy estilizadas, pero los bajorrelieves sorprenden por algunas posiciones antinaturales, figuras siempre en idéntica posición o muy parecida. Hasta el punto de que, dadas las limitaciones para los rasgos del retrato, es posible que los dioses antropomórficos o zoomórficos, según se mire, (nunca he sabido si se dice trasplante de cuerpo o trasplante de cabeza) respondan al simple hecho de poder diferenciarlos a simple vista de otras figuras que, de no tener asociada la cabeza de un animal en concreto, serían imposibles de diferenciar.

Hablamos por lo tanto de un lenguaje iconográfico, no sólo en los jeroglíficos, si no también el las representaciones que los acompañan. Y tiene sentido en un modelo de sociedad en que la decoración es un trabajo más bien de infantes, seguramente bajo algún tipo de coordinación y los adultos desarrollarían otras tareas.

Hasta el punto de que se advierten a veces siluetas que parecieran tener dos manos izquierdas, problemas de escala y cuestiones similares, aún estando finamente acabadas. Tiene que ver con el excedente que genera cada sociedad, al final la calidad va en relación con los medios y el tiempo invertidos. También a veces es una cuestión de estilo, la inclinación por la representación mimética no tiene que ser unívoca.

Curiosamente al otro lado del atlántico encontramos un estilo con algunas similitudes, como la vocación iconográfica antes que mimética, pero más alambicado aún y con líneas más cuadradas, aunque redondeadas en sus vértices, que la fluidez egipcia.

Y también en Asia encontramos el mismo patrón de templos de piedra ornamentados pero a la vez con su propio estilo, el mismo concepto con diferentes variables.

En cualquier caso, ni tan mal para una gente que parece que no usaba por lo general calzado.

***

Repasando la iconografía del antiguo Egipto, se puede decir que hay tres elementos clave que se repiten y deberían servirnos para interpretar algunos rasgos de su estructura social.

Que a uno, por ejemplo, lo entierren con su espada o su escudo, ataviado como guerrero, algo nos debería decir de esa trayectoria vital y por lo tanto del contexto en el que se desenvuelve.

En el caso que nos ocupa no encontramos ese tipo de utensilios sino un látigo corto de varias colas y un bastón con forma de interrogante.

Aparece esta misma postura con ambos elementos en sendas manos repetida hasta la saciedad.

 


 

En muchos casos los utensilios representados pueden tener un valor más ceremonial y tradicional que funcional y práctico, pero sí indica que, por lo menos en algún momento, tuvieron ese mencionado valor funcional que termina por engarzarlo en la tradición.

Esclavitud como tal ha habido en nuestras culturas hasta fechas muy recientes y venido a ser sustituida por un lado por la clases trabajadoras y por otro lado por las fuentes de energía. Se podría aseverar que el desarrollo de tales fuentes de energía es un resultado, a través del conocido en economía como “efeto Ricardo”, de la gradual abolición de la ancestral tradición de la esclavitud, cuyo espíritu sigue sin duda muy presente en nuestros días.


El papel del látigo (flagelo), , por lo tanto, no es difícil de interpretar. Sí sorprende su escasa longitud, lo cual señala un uso en el que no existe resistencia. Sobre el bastón, que desconozco como ha sido bautizado por la egiptología (“cayado del pastor”, por lo que veo) no es necesario esperar un uso demasiado sofisticado, tal vez para allí donde no alcanza el látigo, pero se sigue antojando corto en cualquier caso, aunque revisando la iconografía egipcia, rápido se advierte que no hay ambages a la hora de sacrificar las relaciones de tamaño.



Observado las representaciones de las distintas “divinidades” hay otros dos elementos que no suelen faltar: el famoso ankh o “cruz de la vida”, creo que le llaman algunos y un bastón mucho más largo que el ya mencionado un tanto particular:



Está representado en infinidad de ocasiones, y reproducido desde el ojo contemporáneo que seguramente no concluye correctamente de qué se trata. El consenso apunta a la cabeza de un animal, como aún hoy puede ser frecuente en la decoración de algunos bastones, quizás un poco tétricos.

A mí, que me sigo esforzando por saber que no sé nada, tras ver numerosas representaciones, lo que se me antoja ver es una cabeza de pterodáctilo. El problema es que luego uno coge los manuales, los ejes cronológicos de las diversas disciplinas y sólo puede concluir con un “no puede ser”. No puede ser aunque sea lo que más parezca. Y entonces nacen la explicaciones de compromiso: un antílope, un chacal, vaya usted a saber.

Porque si aceptamos esa primera impresión tenemos un problema grave. Tan grave como los 65 millones de años establecidos para la extinción de los últimos dinosaurios.


Y, viendo la conocida como “paleta de Narmer”, tal vez sea un problema que no podamos seguir eludiendo. Que las dataciones nos estén dando una imagen tan distorsionadas de lo que pudo ser la realidad es una tremenda locura. Pero hay una explicación más disparatada todavía.

Volviendo al bastón, la mitad inferior termina en dos puntas. ¿Por qué o para qué? Bueno, al parecer nadie lo sabe.


¿O deberíamos decir “nadie lo recuerda”?

La verdad es que no tiene mucho sentido, si esa gente hubiera estado rodeada de dinosaurios todo el día los encontraríamos representados en los jeroglíficos, como las aves. En cambio sólo hallamos detalles puntuales, lo cual hace pensar que no existía un contacto habitual, aunque bien nos vendrían algunos diplodocus para ayudar con las pirámides.

Lo cierto es que la evidencia aparece de forma muy localizada, alguna que otra hay. Pero desde luego no es obvio, más bien es un toque “exótico”, pero presente.

Así que tenemos representaciones de animales que a juicio del conocimiento científico actual estaban extinguidos de este mundo hace millones de años. De este mundo. Así que sólo quedan dos opciones, aceptando la premisa: o tan extinguidos no estaban o llegaron de alguna otra parte. A cual peor, ¿no?

Pero aún podemos rizar un poco más el rizo. Lo cierto es que las dos afiladas puntas de la portada del disco, no representan en realidad lo que se recoge en la iconografía real. Aunque sin duda parece que esa pudiera ser su función pinchar. Y aquí es donde viene el triple mortal con tirabuzón: si ya no se fiaba de ver usted ahí un pterodáctilo, como va a ver en esos dos extremos un ánodo y un cátodo.

Sí, encontraron una pila en Bagdad, ¿pero esto? Qúe utilidad tendría, teniendo ya una látigo y un bastón, una porra eléctrica, un “taser”. Pues la misma.

Lo que hay que entender es que no se propone el uso de tales utensilios por parte de “la población de antiguo Egipto” en general, como en una cárcel son sólo los guardias los que tienen las armas. Y sin duda distan mucho de ser dioses. En una cárcel o en un campo de trabajo, a saber.

¿Qué clase de trabajos? Pues muy diversos, seguramente. Tal vez si entendiéramos lo que el Ankh es, lo veríamos de forma más clara. Pero antes de pasar a eso, un tirabuzón más: ¿por qué un pterodáctilo? Tal vez fuera más apropiada la cabeza de una angula, ¿no? A no ser que los pterodáctilos también… en fin, dejémoslo aquí por el momento como mera anotación.

 

Volvamos al ankh, tal vez el símbolo más reproducido y recordado de esa cultura, seguramente incluso por encima del ojo de horus, que por cierto, nadie parece advertir que llora.

De esa “cruz de la vida” sorprende verla representada acercándola a la boca de otros. Y recordemos que hemos planteado el lenguaje de la cultura de estudio como iconográfico, no cabe esperar por lo tanto una representación mimética de sus funciones. Y sorprende hallar dos tipos, siendo el primero el que todos conocemos y el segundo una suerte de variación algo más elaborada:


Hay varios detalles interesantes en el conjunto de tres imágenes de arriba.

El denominador común es que se acera a la boca y nariz de alguien. Y no aparecen por ninguna parte las pompas de jabón, así que cabe pensar la función es otra.

¿La de inhalar algún perfume? ¿Quizás alguna hormona? ¿Quizás oxitocina? Demasiado suponer, sigamos “leyendo” lo que se nos muestra. Junto al ankh es muy habitual ver ese triángulo con otro triángulo dentro. Un triángulo con otro triángulo dentro, metido dentro de otro, ¿qué podría querer decir?

Y debajo del ank y el triángulo una… ¿babosa? Yo creo que desde aquí ya se pueden ir atando cabos, pero sigamos con la imagen del centro. Lo mismo hubiera costado pintar en agujero del ankh del color del fondo. Si es que lo que se quería representar era un vano agujero. En cambio ha quedado pintado de blanco, el mismo color que se usa para las telas que visten. Una ceñida, a la derecha...y la otra, bueno, no tanto. Qué extraño pliegue en el pantalón, casi parece una tienda de campaña.

Pero bueno, pasemos a la tercera imagen, esta vez es una mujer la que ofrece un ankh algo distinto.

Y por qué es distinto, ¿que hay de diferente en que lo ofrezca una mujer o un hombre? ¿No me estará hablando usted de ESA diferencia? Y hablando de diferencias, no las tengo todas conmigo en que ambas imágenes de abajo no sean más que representaciones y no el objeto real.



A ver si es que al final estamos aquí porque a algún “dios” se le rompió el ankh. Después de todo no han cambiado tanto las cosas, ¿no? Pues al final sí que era “la cruz de la vida”. Y qué cruz de vida, oiga. Otro día seguimos con el pilar del centro, dejar algo para después es parte de esa “chispa” de la vida.

 


 

lunes, 17 de febrero de 2025

La importancia de Jersusalén

 

A nadie se le debería escapar que Jerusalén es, a la postre y tristemente, un campo de batalla, o por le menos la causa de él. Pero a escala industrial, al nivel de “me monto un país ahí con tres años de servicio militar obligatorio”. Una base militar, vamos. Con bares, pubs y tolerancia con la sexualidad para poder erigirse portavoces del mundo libre, contra el Islam.

¿Por qué tan denodados esfuerzos durante décadas? Bueno, por varios motivos, pero la conclusión inevitable es que la razón fundamental es Jerusalén.

La ciudad santa, tierra sagrada, qué irónico que le toque ver tanta sangre derramada, ¿no les parece?

Y lo es (“sagrada”), por varios motivos, pero a mi juicio dos:

Según la tradición hebrea es donde se depositó el arca de la alianza, para algunos prueba fehaciente del pacto su pueblo con dios, hace como tres mil años. Bueno, uno se lo puede creer o no creer. Pero al parecer algunos sí se lo toman muy en serio, así que al final da un poco igual lo que uno mismo piense.

Eso es el antiguo testamento. (¿Lees la biblia, Brett?)

El nuevo testamento es más “divertido” aún, pero uno no puede dejar de reparar en la “coincidencia”. Por allí apareció Jesús, como mil años después, predicando paz y amor, no sin justicia, y acabó clavado a un palo.

Por ahí va lo que se conoce como nuevo testamento. Para el Islam Jesús fue un profeta, para el cristianismo tiene usted entelequias teológicas para todos los gustos y para los hebreos, cuyo poder del momento fue quien lo clavó en la cruz, pues vaya usted a saber.

Últimamente algunos dicen que ni existió. Y mira que se dedicaron a hacer una iglesia en cada puto pueblo. Igual precisamente por eso. Todos sabemos bien el papel que ha jugado la iglesia a lo largo de los siglos. Como todas y cada una de las organizaciones humanas. Qué raro, ¿cuál será el denominador común? Algo falla ahí.

La voluntad de poder, de enriquecerse, codicia, gula, lujuria, etc, etc. Los pecados capitales de siempre, no hay más. Y decía que, independientemente de lo que uno decida creer o no, es importante lo que los demás crean. Porque no decide uno si va a haber unas cruzadas hacia tierra santa… ¿para qué?

Bueno, sin duda alguien sabría algo y se creería algunos viejos cuentos cuando lo que se rumorea es que la orden de los caballeros templarios, custodios del templo tras imponerse sobre el terreno, algo se llevaron de allí a su vuelta.

Qué se llevaron es uno de esos misterios muy posiblemente rodeados de la confusión, la desinformación y la mentira. Una de esas cosas que hace exclusivas las sociedades secretas que a la postre controlan el mundo para su amo.

Hay una línea que habla del grial, Himmler parece que la siguió hasta Montserrat en persona. No sé si sí o sí no, pero no es la que me interesa ahora. Puede que se llevaran más de una cosa, probablemente se llevaron todo lo que no se vieran obligados a dejar. Dicen que si hay aún pirámides en Egipto es porque pesaban demasiado para llevarlas al Inglaterra. Y seguramente tener que ampliar tanto el museo británico hubiera sido de mal gusto, podrían tener sombra en Buckinham Palace a la hora del té.

La línea que me interesa tiene que ver con las carabelas de Colón, con esa enorme cruz roja sobre fondo blanco que todos hemos visto alguna vez. Y seguramente no en las columnas de algunos templos egipcios, donde también está inscrita en piedra. Y es probable que incluso nos recuerde demasiado a la cruz de hierro negra con la que los nazis se ataviaron en la segunda guerra mundial, está en infinidad de sitios, condecoraciones, etc. También la esvástica es un símbolo milenario que ha cobrado un significado muy distinto tras los acontecimientos del siglo XX y la explicación que se les ha dado. Por dado, me refiero dar, a las masas. Pero eso ya se ha comentado en el artículo anterior:

www.meneame.net/m/Los12monos/conspiracion-judeo-masonica

Decía que me interesa esta línea porque al parecer los nativos de las américas reconocían el símbolo, no sólo los vikingos se habrían adelantado a Colón.

Y es que, muy posiblemente lo que los templarios hallaron en el templo fuera un mapa mundi, quizás incluso un globo terráqueo. Y eso explicaría la existencia de mapas que dibujan los contornos de la Antártida sin hielo antes de ser un continente helado, aunque sin duda podría no ser la única fuente.

¿Ah, que no se ha enterado usted de que hubo un diluvio? Pues a mí que me cuenta, lea usted la biblia, hoygan. No en vano es el best-seller por antonomasia y algo tendrá el agua cuando la bendicen.

Luego, el huevo de Colón es famoso, pero tampoco tantos huevos, que tampoco son pocos, lo que tenía era un mapa. O por lo menos cierta información que puso a disposición de sus gentiles patrocinadores. Y lo que le debió costar que le hicieran ni puto caso.

Tanto que debió pensar: mejor vamos a las indias por el otro lado que como les venga con lo del nuevo mundo me mandan a galeras. O quizás ésa sólo fue la versión que se le dio al público. Pero más que un mapa mundi debió ser un globo, si no hay gente que no ata cabos. Y eso habiendo medido la tierra Eratóstenes con un palo dos mil años antes.

Pero lo interesante ya no es lo que los templarios pudieran haberse llevado del susodicho templo, (al parecer el arca de la alianza también se habría perdido), lo interesante es para qué siguen aún hoy, bajo otros rostros y otros nombres, los herederos de esa información, intentando volver.

Y ése, señores, es el conflicto de Palestina. Tierra sagrada, empapada de sangre. Por la avaricia, el orgullo, la soberbia, etc, etc… los pecados capitales, no hay más.

¿Qué es entonces lo que se dejaron los templarios, como para construir un proyecto de generaciones para expulsar a los locales, llamado Israel, de sus, “coincidentemente”, lugares sagrados?

Por supuesto que he escuchado rumores, no quiere decir eso que lo pueda afirmar con certeza, pero sí tengo algo bastante claro: sea lo que sea, si seguía allí cuando se fueron los templarios, debe ser más grande que un arca. O quien sabe, tal vez hay que tener un conocimiento previo para por acceder a ciertos lugares… y a ciertas verdades.

Verdades muy simples que a veces se ocultan a simple vista. En otro orden de cosas, la administración estadounidense va invertir 500 mi...500 bi… va a invertir un montón de ceros con un 5 delante en el “Stargate Project”. Dicen que es para IA. Y yo digo: ya. ¿Joder, ni siquiera se han molestado en cambiarle el nombre? Oculto a simple vista. ¿Son o no son unos genios del mal? Bueno, quizás no tanto si te lo estoy contando.

Aquí es cuando piensas: debo ser yo que hoy no me he tomado la pastillita, abuelo, el inistón. O lo que sea. Más que nada porque esa película ya la he visto, se llama Stargate y se estrenó en 1994.

Luego vas a ver fechas y la guerra de Irak fue el 1991, los últimos rumores sobre la segunda guerra de Irak (si vuelven es porque se dejan algo) mencionaban el descubrimiento de la tumba del tal Gilgamesh, un tipo al que en la mitología sumeria se le ha representado con un león por mascota. Cosas muy locas, gigantes como en la biblia y diluvio como en la biblia, estando a tiro de piedra. Yo que sé, casualidades. Como que a uno le dé por contar estas cosas y; vaya usted a saber lo que le pueda pasar. Ese tipo de casualidades. Como poco que se vuelva loco si es que no lo estaba ya.

Recuerdo el nombre de una pomposa conferencia sobre historia patrocinado por algún banco, ¿quién si no? , se llama: “la historia empieza en Sumeria”, o algo así. Y eso es lo que se enseña en la universidades, supongo. Y, bajo cierto punto de vista, Darth Vader mató a Annakin Skywalker, todo el mundo lo sabe. Todo el mundo sabe que ese punto de vista se acerca demasiado a una mentira. Ésa es la gran mentira, la verdad oculta que mueve los hilos de la geopolítica del mundo.

Porque al final, combustibles fósiles, se pueden encontrar en muchas partes, se pueden implementar alternativas. Pero ante un objeto realmente único y que suponga potencialmente un ventaja tecnológica estratégica, y léase aquí estratégico en el sentido que se aplica a los arsenales nucleares, los napoleones de turno pierden la cabeza.

Y son capaces de mandarte a ti y a mí a morir a un frente por algo que ni siquiera están en condiciones de gestionar. Sin embargo lo hacen y a espaldas del mundo. Y en nombre, si no del mundo, por lo menos de sus respectivos países a los que mantienen en la más absoluta inopia: Tout pour le peuple, rien par le peuple.

De hecho hasta se incentiva el completo desinterés por tales asuntos: ¿leer la biblia? Pon telecinco, que echan supervivientes. Oiga, tampoco les extrañe que no se enteren ustedes de una puta mierda. Al final, mira por donde, paradojas del destino, hemos acabado por encontrar las “armas de destrucción masiva” de Irak. Aunque sin duda nada tiene que ver con lo que EEUU le explicó a la ONU.

Hace ya algún tiempo escribí otro artículo llamado “la importancia de Crimea”. La paridad del título no responde a la falta de creatividad. De hecho me lleva incluso a preguntarme qué están haciendo exactamente en Suiza. Pero a estas alturas de la película, viendo como nos han contado la realidad, o al menos parte de ella en nuestras propias pantallas bajo la rúbrica de la ficción, que es la mejor manera de colapsar un “hashtag” (busque usted stargate y ya verá qué aparece, por supuesto), supongo que se me permitirá algún dislate.

Sin embargo hace poco me topé con un video que argumentaba concienzudamente a favor de la desclasificación del Proyecto Stargate: por supuesto, respecto a la serie de ficción. ¿O no?

youtu.be/QSzTnbFJpYM?si=dw5RiZr0rd-SnGPY

Sea como fuere, habiendo llegado hasta aquí uno podría pensar que el autor es un irresponsable: o bien por plantear hechos “sin fundamento” como la realidad o bien por pensar que estaría dando al traste con un proyecto de décadas. O revelándolo sin ninguna autorización, como uno no requiere autorización de nadie para exponer sus propios hallazgos y conclusiones.

En el primer caso, que cada uno piense lo que quiera, es demasiado fácil tomar lo expuesto como una locura infame. El problema es que encaja como el mecanismo de un reloj. Y apostaría incluso por un reloj suizo. Pero es lo que llevan haciendo décadas, amén de otras prácticas, y parece que se les da bien ese terreno.

En el segundo caso, todos aquellos que creen que es el fin el que justifica los medios, que sepan que son los medios los que justifican el fin. Eso es lo que dicta la ética, definida como el respeto por el sufrimiento, propio y ajeno. Y que sirve para garantizar la coexistencia. Más allá de eso, sólo existe el abismo por el que estamos empezando a caer. No quieren cruzar ustedes ese horizonte de sucesos. Así como no quieren, seguramente, otro diluvio. O en realidad es el abismo por el que llevamos cayendo más tiempo del que la memoria de nuestra historia abarca y que quieren hacernos creer que empieza en Sumeria.

No parece haber momento más oportuno para desclasificar lo que se ha ocultado por demasiado tiempo y resolver las diferencias mediante el diálogo, por más que parezca que la verdad vaya a poner cabezabajo el mundo no lo va a dejar en más que en lo que en realidad ya es. Y quizás en mejor posición. Y cuidado con esos meteoritos, dicen que extinguen dinosaurios. Aunque a la vista de lo expuesto, quién puede ya creer nada. ¿Ése va a ser su legado?

Ni siquiera conocía la noticia, pero es que no falla:

www.larazon.es/tecnologia/cientifica-suiza-afirma-que-cern-hay-portal-

No es complicado, no hay tantos lugares donde camuflar un consumo masivo de energía. Quizás a nadie le importe un loco o un muerto más, pero seguramente ya sean demasiados. Claro que es difícil saber ya qué creerse y que no, tal vez ni siquiera tengamos que preocuparnos demasiado, a este ritmo:

x.com/Unexplained2020/status/1824434888113574154

¿Cómo dijo Assange? The truth will always win. ¿Cómo dijo Snowden? Truth is coming and it cannot be stopped. Ambos dijeron verdad.

El problema con la humanidad es que nunca se sabe, bien podría ser una maniobra para desviar fondos para cualquier otra locura. Cuando pensamos en la idea del gran filtro solemos pensar en las galaxias, la energía, algo relacionado con el cielo estrellado del cosmos. Lo cierto es que no hace falta ir tan lejos, y viendo las recurrentes extinciones masivas en nuestro planeta podemos pensar en un filtro mucho más próximo. Que podría ser tan cercano y cotidiano como la capacidad, o no, de escapar de nuestras propias mentiras. No son las armas nucleares las que nos destruirán, Sun Tzu bien sabía que el engaño es el arma más peligrosa.

Es una prueba moral. Funciona casi como mecanismo de seguridad. Sin los cimientos apropiados el edificio no puede sostenerse. La opción de competir en lugar de colaborar se cancela a sí misma, no puede prosperar. Es el dilema del prisionero de Nash: sin duda se puede afirmar que unos ganan y otros pierden, en la situación del equilibrio que lleva su nombre. Pero lo cierto es que ese “ganador” jamás puede lograr alcanzar el mayor resultado colectivo, que vendría a ser el óptimo de Pareto. No es una idea nueva: y los mansos heredarán la tierra. Mientras el error de desmorona como en Babel.

Hay un camino señalado. Avisos por todo el mundo a lo largo de la historia. No hay más ciego que el que no quiere ver. La verdad está ahí para cualquiera con el valor de hallarla y aquí sí, querer es poder. Mientras el mundo no entienda esto seguirá abocado a su propia destrucción.

Ése es el tipo de fe que se requiere. Fe en el prójimo. En que no será tan imbécil de pinchar la pelota, o quedársela para él, que al final es lo mismo: termina pinchada. (Toda la complejidad de las relaciones humanas a nivel global y todas sus dinámicas geopolíticas no contienen más factores de los que se puedan observar en el patio de un colegio. Tan sencillo como eso, y tan complicado.)

Y ésa es la fuerza que reside en la fe, la de saber que en realidad no hay otro camino posible y que la colaboración está destinada inexorablemente a prevalecer ante la competición. Amaos los unos a los otros. Igual fuimos al colegio pero nuestra comprensión lectora no ha terminado de refinarse nunca.

De eso va al final todo esto que llamamos vida, supongo: de comprender.

Quizás por eso pensamos que la vida no tiene sentido, porque no hemos comprendido nada.

miércoles, 12 de febrero de 2025

La conspiración judeo-masónica




Quien me conoce un poco sabe que soy comunista. Así que, ante una dictadura fascista o nazi, seguramente sólo pudiera intentar escoger el vagón de tren que me lleva al campo de concentración.

No obstante, intento analizar los datos con la mayor objetividad posible. La expresión que da título al artículo, esa “conspiración judeo-masónica”, suele ser objeto de sorna desde la izquierda, sin duda por su fuente: Franco, el responsable de una sublevación militar y una dictadura de 40 años, entre muchos otros crímenes.

Nada de eso se halla bajo discusión, lo que no cabe pasar por alto es que, desde ciertas posiciones, el acceso a la información permite configurar una visión mucho más precisa del mundo. Y la verdad es la verdad, la diga Agamenón o la diga su porquero.

El hecho es que la masonería, así como otras sociedades secretas, (éstas últimas prohibidas por la constitución en este país, por algo será) han sido a lo largo de la historia una herramienta imprescindible para acceder al poder y ejercerlo.

Sin embargo una herramienta, por definición, no es una finalidad última. El control de esas diversas redes de sociedades secretas se remonta a mucho antes que los tiempos de las cruzadas, en las que los templarios terminaron por desvalijar el templo de Salomón para su propio interés personal.

Porque al final, tal como se ha estructurado la civilización de hoy, es el dinero el que termina por imponer su voluntad. Y desde luego ha sido, y seguramente sigue siendo, una batalla atroz. De hecho los templarios fueron perseguidos por la iglesia, su gran maestre quemado en la hoguera en un capítulo bastante bien conocido, con maldición incluida, y un sinfín de despropósitos más.

También es conocido el papel de la banca judía, basta con conocer el relato de Shakespeare en El mercader de Venecia. Más conocido aún es el episodio de la última gran guerra que según el relato legado se cebó especialmente con la población judía. Claro que, proviniendo tal relato de los que se consideran liberadores de Europa, obviando por completo el papel que la URSS tuvo en ello y habiendo sido quien realmente se plantó en Berlín, no se pueden descuidar los posibles sesgos de tal relato.

Más teniendo en cuenta que algunos lugares está prohibida la investigación sobre aquellos acontecimientos. Sin duda hay que mirar donde está prohibido mirar. Por supuesto es terreno abonado para “nostálgicos” del fascismo y el nazismo, pero aún con todo no parece justificar las acusaciones automáticas de antisemitismo y negacionismo del holocausto.

Sobre todo porque esas acusaciones se suelen producir incluso antes de presentar las conclusiones de la investigación y van emparejadas a la voluntad investigadora en sí. Desde luego no es mi intención tratar de negar el sufrimiento infligido a nadie. Más aún, es determinar los mecanismos, causas y responsable últimos. Entender qué y por qué sucedió, precisamente para que no vuelva a repetirse. Y ése es a mi juicio el mayor respeto y compromiso con la elusión del sufrimiento, propio o ajeno, que pueda existir.

Y después de esta necesaria pérdida de tiempo justificándome podemos pasar a lo que realmente se ha de decir. Hablemos del judaísmo. He mencionado que soy comunista, marxista de hecho. Yo creo que muchos saben que Marx era judío. Como Freud, Einstein y una larga retahíla entre las más brillantes mentes que ha dado la humanidad. El propio Jesús, de Nazaret, si es que aún podemos aceptar su existencia antes de que reescriban por completo la historia a su conveniencia, era también judío. Y fue hecho crucificar por sus semejantes, según lo relatado en lo que se conoce como Nuevo testamento.

Spinoza es otro buen ejemplo de un judío rechazado por su propia comunidad por sus ideas. Una comunidad que se autodefine como perseguida, y qué duda cabe que lo fue en tiempos. También de este país fueron expulsados en algún momento.

Y es curioso porque, tratándose de una confesión más que de una etnia, aunque a su juicio la condición se transfiere a través de la madre (lo que transmita el padre más difícil de controlar es), no parece que las causas tengan una raíz xenófoba.

Un judío y un “gentil”, según en tiempos definieron al resto, pueden no diferenciarse de forma significativa a simple vista, con lo cual es difícil justificar esa persecución en base a la “otredad” en las que suele encontrar sus raíces el racismo.

Sin embargo, el tipo de prácticas que han dado lugar a la banca moderna y que en tiempos se conocieron como usura, censurada en su momento por la iglesia católica y aún hoy por el islam (eso explica un par de cosas), y que de alguna manera Shakespeare plasmó en la ya mencionada obra, pueden constituir un motivo de peso.

De hecho es conocido que los templarios, que empezaron las cruzadas montando dos hombres el mismo caballo, según su propia iconografía, acabaron por ser acreedores incluso de las monarquías europeas. Podrían mencionarse otros aspectos, pero prefiero avanzar con las cuestiones más fundamentales. Y el dinero es desde luego una de ellas, veremos que el judaísmo en sí es una cuestión mucho más secundaria.

Es con el dinero con lo que se ejerce el control y se despliegan la redes de sociedades secretas que funcionan como correa de transmisión del poder. No se presenta así, por su puesto, si no como una forma de solidaridad entre afines y sensibilidades semejantes.

La realidad es muy distinta, son los peones que se sacrifican en una partida de ajedrez. Actualmente existen suficientes elementos contrastados para afirmar que el conflicto que conocemos como segunda guerra mundial, y en el la sociedad Thule tuvo un papel relevante, respondía a un solo objetivo: la fundación del estado de Israel.

Buen indicio de ello es la conocida como declaración Balfour, ministro de exteriores británico, que notificaba a un tal Rothchild el beneplácito de la corona inglesa para asentarse en las tierras de lo que en tiempos fuera en antiguo Israel, fechada en 1917. Lo que faltaba era justificarlo ante el mundo, siendo el holocausto, muy real, demasiado real, dolorosamente real, el pretexto perfecto.

El sanedrín, podríamos decir, esa cierta élite, nunca tuvo ambages en sacrificar a los “suyos”. Por una causa mayor, por supuesto. Luego, no es una cuestión de ser judío o no. Es una cuestión de poder.

Volviendo a los templarios, es harto conocida su animadversión hacia la iglesia, y sin duda no carecen de motivos para ello. Eso explica en gran medida como en las sociedades, vamos a decir más desarrolladas, el discurso contra la religión es sinónimo de modernidad y progreso.

Hasta el punto de que el tan razonable “no matarás” parece haber quedado relegado al más absoluto ridículo. Y el pecado, fuente de todo mal, como una suerte de lujo carismático. De ahí la importancia de controlar el discurso cultural. Y desde luego la iglesia tiene tanto de la miseria humana, si no más, como cualquier otra organización.

Lo que podría sorprender es que, aún siendo la masonería enemiga mortal de la religión, a la postre se haya controlada por una suerte de cábala que sigue muy adherida al antiguo testamento.

No es para menos, teniendo en cuenta que es a través de la viejas escrituras y de las cruzadas como hallaron su mayor ventaja competitiva.

Algunos se refieren a sí mismos como “el pueblo elegido por dios”. Incluso el cine se ha encargado de contarnos la historia del “arca de la alianza”. La alianza entre dios y “el pueblo de Israel”. Aunque lo cierto es que no conozco los detalles.

La triste realidad de la especie humana es que nadie que halle una mina de oro va a exclamarlo a los cuatro vientos. Tratará en todo caso de quitarle hierro al asunto de cualquier manera posible, lo tildará de fantasías y tachará de loco a cualquiera que señale lo contrario y pueda poner en peligro su… tesoro. Eso, en el mejor de los casos.

No hay muchas cosas más denigrantes que ser tildado de bobo, de crédulo, de ver fantasmas. Aunque lo cierto es que es mucho mejor ver fantasmas que no existen que no verlos si existieran.

Así que vamos a dar por buena por un momento la historia del Antiguo testamento, vamos a hacer como que nos lo creemos, que realmente son “el pueblo elegido” e hicieron algún tipo de trato con el tal Yavhé o Jehová, o quien sea. Con dios, según ellos. Pero, ¿qué dios?

Bueno, antes de continuar supongo que se hace imperativa una reflexión teológica express para dummies. Tal vez al final incluso acabemos comprendiendo algo acerca de nuestros orígenes y sobre nuestro futuro. Incluso podríamos llegar a darnos cuenta de qué es lo que está pasando:





 

 

 

 

sábado, 8 de febrero de 2025

La imagen y las mil palabras

 

Se suele decir que una imagen vale más que mil palabras. Y a veces incluso puede que sea cierto.

Tomemos ésta, por ejemplo, la de los escasos bloques del recubrimiento de la pirámide que se conoce como de Kefren, en Guiza.



Sin duda no es la toma más detallada pero me ha gustado el cartel, viene bien para el caso.

Y el caso es que esta simple imagen desmonta por completo el relato de la historia que aún hoy se enseña en la universidades. No voy a jugar a las adivinanzas, el estilo constructivo es demasiado parecido a lo que se puede hallar en Cuzco. Que también se puede encontrar en la isla de Pascua.

Por citar sólo uno de los diversos elementos que se están recopilando para reescribir la falsa historia que conocemos.

Si vemos lo que nos cuenta el conocimiento académico, no encaja ni la autoría, ni la datación, ni el contexto. Todo el relato se desmorona ante la evidencia como un castillo de naipes con una ráfaga de viento. También se suele decir que las mentiras tienen las patitas muy cortas, tanto que arrastran los cojones. Y a veces incluso es verdad. Pero no, la mayoría de lo que se dice de verdad tiene muy poco.