sábado, 15 de noviembre de 2025

El tiempo como cuarta dimensión

 

El tiempo como cuarta dimensión o Tempus fugit o El universo explicado con un chicle



Siempre me ha repelido la idea, es obvio que el tiempo es categóricamente distinto al resto de dimensiones. Me pareció que inducía a la confusión, pero estoy empezando a verlo de otra manera.

Porque mirado con detalle, las tres dimensiones espaciales tampoco son iguales entre ellas.

Vamos a la geometría.


Es aquella primera clase sobre el punto, ese elemento en plena crisis existencial. “Esto es un punto y no existe”, era un poco la frase que también Haramein solía recordar.

Pero no entremos de más en la metafísica, la cuestión es que con puntos, o con el movimiento de ese punto, mejor dicho, se puede formar una línea.


Así, de la dimensión 0 que es ese punto en la nada, pasamos a la primera dimensión, en la que el punto “explorar un determinado rango de posibilidades”, una línea. Un vaivén, una vibración.


Dada esa línea, la cosa podría quedarse ahí y no pasaría nada y no estaríamos aquí, pero por algún motivo ese punto viajero prefiere explorar nuevos camino que repetir el mismo. O en realidad sólo evitar el que acaba de transitar. Así, sucesivas líneas, terminan por “explorar un determinado rango de posibilidades”, constituyendo el plano. Segunda dimensión, bienvenidos a la casa de Euclides.


Pero no queda ahí la cosa, el punto del principio, que no existe, sigue empeñado en huir de sí mismo y es empujado a “explorar un rango de posibilidades” formando el volumen. 3D, tercera dimensión.


Aquí la cosa se empieza a poner interesante, decía que las tres dimensiones no son iguales en absoluto. Las posteriores aplican sobre las anteriores y “exploran un determinado rango de posibilidades” de éstas.


Así, biológicamente estamos diseñados para movernos hacia lo que llamamos “delante”, desplazarnos hacia los lados nos cuesta más por diseño y movernos arriba y abajo tiene un coste energético notablemente superior. En cualquier caso siempre nos estamos desplazando en un volumen tridimensional.


Y “explorando un rango de posibilidades” de ese volumen tendríamos la dimensión siguiente en la que, no es que no nos movamos, pero se diría que estamos varados y llamamos tiempo.


La idea es que, considerando que es una pobre única partícula divina (o diabólica, según se quiera, luciferina sin duda) la que configura primero a la línea, luego el plano y luego el volumen, según un rango determinado, cada vez tiene más trabajo.


Es un poco el chiste aquel del tipo que contratan para pintar la línea de la carretera y el primer día pinta 20 kilómetros, al día siguiente 200 y al tercero 2 metros… porque cada vez tiene el bote de pintura más lejos.


Y eso sería la experiencia del tiempo, para pasar al siguiente “momento” de ese volumen hay que completar todo el recorrido del momento anterior. De todo el volumen existente. Esa partícula estaría recorriendo el universo de punta a punta en cada efímera fracción de tiempo, y no precisamente en línea recta, si no configurando su propia estructura. Incluyéndonos a ti, a mí y estas palabras.


Así que lo que cabe esperar de ese eje de la cuarta dimensión, que debería responder a un determinado rango, es que vaya a “explorar un rango de posibilidades” de este volumen. Y aquí estamos, explorando, como posibilidades de ese volumen que somos.


Normal que la cosa vaya lenta, por rápido que sea el punto. Y yo lo dejaría aquí, pero aún se puede complicar la historia sin acudir a hipercubos, que no sé muy bien qué significan.


Pero de haber una quinta dimensión, de la que en principio no creo que tengamos evidencia ni experiencia, debería “explorar un rango de posibilidades” del tiempo. ¿Pero es qué significa?


Cuando decimos “explorar todas las posibilidades” al final hablamos de combinatoria, permutaciones, matrices. Y el concepto es realmente simple. Pero la complejidad puede provenir del número de elementos, teniendo en cuenta además que en cada dimensión estamos multiplicando las anteriores.


Si tenemos un uno y lo elevamos a cualquier exponente, no pasa nada. Es el elemento neutro y representa al punto estático, indistinguible de la nada. Ahora bien, si conseguimos que tenga tan sólo dos posiciones posibles, 2 ² ya son 4 y 2 ³ ya son 8. Si además ampliamos la base con un mayor rango de posibilidades, las curvas que se dibujan son cada vez más pronunciadas.


Desde la cuarta dimensión, vemos como se explora ese rango de posibilidades de un volumen o espacio, del universo de hecho. Todo con un simple punto y de hecho debería estar en las definiciones:


La línea es un rango explorado por un punto.

El plano es un rango explorado por una línea.

El volumen es un rango explora por un plano.

El tiempo es un rango explorado por un volumen.


Eso es una serie de configuraciones posibles de dicho volumen, que nos contiene.

Hasta ahí más o menos se puede aventurar y el patrón fractal es evidente, lo que no es tan obvio es tratar de imaginar qué cosa es lo que explora un “rango de tiempo”.


Todos tenemos muy claro lo que es un volumen, un espacio. El tiempo no es más que una determinada secuencia de acontecimientos en dicho espacio. Esa secuencia se puede representar en un eje cronológico y obedecería la ley de causa-efecto.


Podríamos definir el “momento” como un fotograma tridimensional del universo y el eje temporal sería una secuencia de principio a fin de una duración determinada. Una línea de tiempo.


Si hubiera una 5ª dimensión, lo que cabría esperar es la exploración de todas las líneas de tiempo dentro de un rango determinado. Pero la noción de “líneas de tiempo alternativas” contraviene el principio de causalidad. Tal vez deba ser reinterpretado desde un punto de vista superior.


¿Podría haber a alguna escala situaciones donde sean posibles dos efectos para una misma causa?

De ser así, tales situaciones actuarían como bifurcaciones de las las líneas de tiempo desde una perspectiva de 5ª dimensión, desde donde se explorarían un rango determinado de ellas. Sería lo que llaman multiverso.


Sin embargo, más allá del hecho de teorizar, ¿qué evidencia o experiencia tenemos de algo así pueda ser real? ¿El efecto Mandela? No parece que haya ninguna razón para que esas líneas, esos diferentes desarrollos tuvieran conexión de ninguna clase tras una presunta “bifucarción” u otra secuencia que explora otra posibilidad, que no parece que pueda resultar simultánea.


Sin seguimos con a noción del punto, se ha de completar la línea antes de empezar el plano, se ha de completar el plano antes de empezar el volumen, se ha de completar el volumen antes de empezar la línea de tiempo y se ha de completar la línea de tiempo antes de completar el multiverso desde una 5ª dimensión. Y ese multiverso ha de ser completado antes de volver al punto de partida a trazar otra vez la línea.


Por lo menos, cada fracción de tiempo, cada “momento”, con cierta frecuencia (¿Planck?). Y de hecho el espacio mínimo de tiempo entre un momento y otro debería revelar la profundidad del fractal. Porque, si desde el multiverso se “explora un rango determinado de líneas de tiempo”, ¿desde dónde se exploraría un rango de multiversos? Y todo con un punto que no existe en mitad de la nada.





P.D.: Después de explicar el universo con un chicle, me sobra un clip y un trozo de cordel.








Errores de traducción: Ararat

 

1. ARARAT


Aleph. Resh. Resh. Tet. Esas son las cuatro letras del alfabeto hebreo que identifican la montaña, jamás hallada, en la que el arca de Noé, jamás hallada, se habría posado tras el diluvio.

Unas coordenadas básicas de hebreo: se escribe de derecha a izquierda y no tiene vocales.

El aleph no tiene traducción exacta, por eso la traducción fonética se suele representar como ‘RRT. De ahí viene “Ararat” y su posterior asociación con el Ayrarat armenio.

Indagando en ello, he topado con un término bastante parecido WRRT, “wereret”. La W no tiene una equivalencia directa en hebreo. Desconozco la clase de traducciones que se pudieran hacer en el primer milenio pero el criterio fonético tiene bastante sentido.

De hecho, sin quien escribió el relato hubiera preguntado ¿cómo se llamaba la montaña? o incluso dispusiera de una equivalencia fonética como las que se maneja hoy, fácilmente podría haber reflejado ese “wereret” como “’’RRT”.


2. 1502

En pararelo, y tal vez siguiendo con los problemas de las traducciones, seguramente el primer relato de la época moderna a Egipto por parte de un español (italiano en realidad, pero en funciones) sea el de Pedro Mártir de Anglería.

La fuente es su Legatio Babilónica, que se puede consultat abiertamente. El problema es que siendo una obra de 1511 está en latín. La traducción al parecer se halla en “Una Embajada española al Egipto de principios del siglo XVI”, obra que aún no he podido consultar.

Conocí la obra y la figura a través de un trabajo de Enrique Gozálbes Cravioto: LA VISITA A LAS PIRÁMIDES DE EGIPTO DE UN ERUDITO RENACENTISTA: MÁRTIR DE ANGLERÍA

La frase que captó mi atención y a la que aún le doy vueltas es:

Mártir mandó a algunos de sus servidores que realizaran la ascensión, y éstos quedaron impresionados ante el espectáculo. También contaron que en lo alto de la pirámide mayor había un barco de piedra, en el que cabían no menos de treinta personas.”

De ahí que quiera contrastarlo con el original y en latín es bastante más complejo de lo que pueda parecer. Eso fue en el año 1502, bastante antes que otros testimonios.

¿Un barco de piedra encima de la gran pirámide? ¿Qué clase de locura es esa? Pareciera un error de traducción.


3. La barca del faraón

43,4 metros de eslora. Lo llaman barca solar de Keops o barca funeraria y acompaña todo el relato que se ha construido en torno al antigio Egipto. Pero lo que encontraron en 1954 dicen que estaba “desmontado” y al pie de la pirámide, en la cara sur.





1224 piezas, al parecer han encontrado más embarcaciones. De hecho acaban de estrenar nuevo museo de Historia en Egipto y ésta sería la pieza estelar, reconstruida.

Es casi el doble de largo que la mayor de las 3 naves que, según cuenta la historia, 10 años antes de la visita de Mártir de Anglería a Egipto, descubrieron América.


4. Tres en raya

Wereret quiere decir “el grande”. En realidad eso sería WRR, cuando va acompañado con el sufijo T apunta al género femenino.

Luego, el “monte” “ararat” sería el monte grande. Y no sería exactamente un monte o montaña, por más que esa sea la primera impresión que da cuando se observa en la distancia. Ésa y otra fue la impresión cuando los primeros relatos llegaban a las cortes europeas y aún mucho después. Realmente se discutía si eran formaciones naturales. En la “Piramidografía” de Greaves creo que había algunos ejemplos de ello, o por lo menos en la literatura de esa época sobre el tema.

Nadie sensato puede pensar hoy en día eso, por supuesto, pero parece que seguimos lejos de comprender. Si embargo, si el monte Ararat resultara ser el monte Wereret algunas cosas quedarían explicadas.

Lo primero, el no poder encontrar el dichoso monte, que en principio no tiene mucho que ver lo de Armenia con un relato más bien Mediterráneo, más allá de un coincidencia fonética, poniendo las vocales a conveniencia. Y ese es el consenso actual.

Y también explicaría el no poder encontrar el arca, aunque no tendría por qué haberse conservado.

De hecho es muy posible que el relato real conserve un parecido casi anécdotico con el que nos ha sido legado a través de la tradición.

Que las pirámides “apuntan” a la constelación de Orión no es ninguna sorpresa ya, pero es posible que señalen algunas cosas más. Por ejemplo, el lugar donde quedó el arca varada tras el diluvio,

Todavía hoy le seguimos llamando “la grande” (wereret), pero por fortuna empezamos a distinguir entre montañas y pirámides, aunque seguramente tengamos aún sorpresas por delante. Si lo planteado etimológicamente fuera correcto, el arca quedó varada en la gran pirámide.

Pero no es que quedara encallada en la cima, no. En la meseta de Guiza. La idea es que se edificó, fundamentalmente, para “conmemorar” ese acontecimiento. Y cuando en 1502 Mártir de Algería pasó por allí… ¿Todavía estaba en la cima? Curioso. Nadie nunca jamás habló de un barco en la cima. En cualquier caso, debe ser un error de traducción.

jueves, 6 de noviembre de 2025

¿El ADN es código binario?

 


En Matrix decían de Neo que leía el “código” del sistema, de ahí lo de las letras verdes con caracteres exóticos. Eso es la matrix, le dice en algún momento Morfeo, refiriéndose a la pantalla por donde no dejan de correr las líneas.

Pero eso sólo es posible en la ficción, claro. Para que eso llegara en algún modo a ser cierto el mismo ADN debería ser un lenguaje de programación. Pero es extraño, porque la lógica nos dice que debería ser binario y en genética siempre se nos habla de 4 elementos, denotados con las letras GATC.

Sucede que, con una mirada un poco más atenta sobre cómo se combinan esos elementos en la doble hélice, observaremos el factor clave: sólo hay dos uniones posibles, G-C y A-T y sus inversos, que a la postre son lo mismo.

Luego, hablamos en realidad de dos elementos, por lo tanto de código binario. El ADN es código binario.

Una diferencia del código binario con otros sistemas numéricos con otras bases es que parte de la lógica de la mínima expresión, lo cual es en sí mismo un principio. Así como el triángulo lo es a los polígonos, el sistema mínimo de comunicación, el lenguaje mínimo por definición requiere de dos elementos. Para poder generar 1 cambio, en realidad, al final no deja de ser un código morse.

Ése es el tipo de lógica inapelable que hay que seguir para entender, investigar e interpretar el mundo. Si sabes geometría, entra, dicen que estaba escrito en la puerta de la escuela pitagórica.

No es casualidad que tanto los ordenadores que usamos como nuestro organismo estén desarrollados en un mismo lenguaje: tal vez sea la forma más eficiente. En realidad “lenguaje” no sería una palabra correcta, técnicamente, desde el punto de vista informático. El binario, esa ristra de unos y ceros, es la forma en que se codifican esos lenguaje de programación.

De esos "unos y ceros", positivo y negativo, encendido y apagado, debe emerger algún tipo de código en otra capa de abstracción, tal como sucede en la informática. Así que el problema, como siempre para la ciencia, es en realidad de ingeniería inversa.

Expresión especialmente apropiada en este caso, hablando de informática. Aprovecho ya para decir que siempre me pareció raro que nos mandaran aquí sin manual de instrucciones.

Pero siguiendo aún más con el símil, se conoce que existen secuencias de ADN “codificantes y no codificantes”, así que es posible que tengamos el código hasta comentado. Si eso fuera así cabría esperar la existencia de alguna secuencia que actuara a modo de “interruptor” entre secuencias codificantes y no codificantes, etc.

Similares interruptores se han hallado respecto a la codificación de aminoácidos pero es sólo entre un 1 y 2% de esos 3000 millones de pares de nucleótidos el ADN asociado a tal función.

Al final es una pequeña “matrioska” de lenguajes: el binario ha de servir para estructurar algún otro lenguaje desconocido, a descifrar, que permita operaciones más complejas. Y ya que hablamos de lenguaje, no debería de ser necesario mencionar que antes de escribir corresponde aprender a leer.

Así que tal vez, después de todo, de alguna inesperada forma, sí que pudiera haber un “elegido” que leyera y desentrañara el código que estructura la realidad misma. Por lo menos del ADN. De ese arquitecto. Unos dicen dios, otros dicen ciencia.

Tal vez “creador” sea un término más circunspecto a las circunstancias. Pero si del ADN se pudiera extraer un lenguaje, qué duda cabe que sería su palabra sin más intermediario que el paso del tiempo.

Lo interesante del asunto es que el código binario si de algo se precia es de basarse en la lógica más elemental y no deja mucho espacio a posibles interpretaciones.  

La tarea es sin duda, titánica, que nadie se engañe. Y no por el barco, eh, y es que esto no va a estar para mañana. No es sencillo descifrar lenguajes de ese modo, supongo que gente con conocimientos de encriptación podría ser útil, a saber.

Pero hace cosquillas a la curiosidad pensar qué tipo de mensaje podría haber ahí, sería algo como: “the software is provided ‘as is’, without warranty of any kind…", cosa que resultaría bastante apropiada, o tal vez algo más como: “en el principio fue el verbo…”, no sé, quizás una mezcla.

¿Cuánta gente debe haber trabajando en ello? ¿Por qué siempre que oigo hablar del genoma humano pienso en médicos, en vez de en ingenieros y matemáticos? Porque, no es posible que nadie se haya dado cuenta de que el ADN en realidad es código binario, ¿no? Igual hay que esperar al elegido o algo. Para el 98 o 99% de ADN "no codificante", digo.

Según mis cuentas, 3000 millones de pares de nucleótidos, considerados como bits, me sale al equivalente de 360 megabytes. No está mal para estar ahí arrugadito en cada célula. Para mi fortuna veo que no estoy solo en la analogía planteada, aunque cada cual desde su perspectiva:

https://origen.bio/revgen/la-genetica-es-la-informatica-de-los-dios/

Lo de los cuatro nucleótidos supongo que despista bastante pero al final es un ingenioso sistema de redundancia: la información estaría completa en un solo lado de la cadena puesto que cada nucleótido tiene sólo una unión posible. Así que el sistema lleva backup incorporado, las cosas importantes mejor preservarlas por duplicado.

Nada nuevo bajo el sol, hay constancia de sistemas binarios desde el siglo III AC, mucho antes del descubrimiento de la genética en la era moderna. Es un poco esa clase de lógica, como cuando Mendelev desde la pura asimilación teórica corrigió un observación desviada acerca de uno de, se diría, sus elementos.

Y reescribiendo el viejo chascarrillo, se podría concluir que a 10 tipos de persona, los que saben que el ADN es código binario y los que no.